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Si algo funciona, vamos a estropearlo

Nunca he sido partidario de dar lecciones, ni de imponer opiniones, pero cuando hablamos del Puerto de València, me encuentro en disposición de dar mi opinión, y no por el cargo de presidente de Transcont, (asociación de Transportistas Portuarios), sino por mi condición de profesional que ha visto evolucionar estas instalaciones año tras año. Valenciaport se ha convertido en el más importante de nuestro país, pero no sólo por el volumen de mercancía, algo fundamental para mantener nuestra calidad de vida, sino también por la integración de procesos modernos de gestión que lo hacen mucho más eficiente.

Tiene problemas, sin duda, adaptar una infraestructura de estas dimensiones a las demandas de mercado, tiene sus dificultades, muchas de las cuales, sufrimos los transportistas que trabajamos aquí, pero ese mismo puerto está asumiendo modelos que tratan de hacer el trabajo más eficaz, especialmente desde el punto de vista medioambiental. En materia de transporte terrestre, venimos trabajando para posibilitar que se pongan en marcha mecanismos para mejorar la gestión de los contenedores vacíos y se conseguirá mejorar la entrega de precintos como modo de control y mejora de la seguridad, lo que sin duda redundará en la eliminación de tiempos de espera y , sobre todo, en reducir de manera importante los kilómetros en vacío. Así mismo ya estamos trabajando en adaptar nuestros procesos para la inclusión del documento de control electrónico y en cuanto la UE saque adelante la resolución que permita llevar en soporte digital toda la documentación del transporte, seremos los primeros en trabajar sin papeles, lo que reportará un salto cualitativo importantísimo.

Y esto es así, no sólo por una cuestión de competitividad, sino, sobre todo, por actitud, la de creer en un modelo de trabajo que integra a toda la comunidad portuaria. Por cierto, el resultado del buen trabajo que desde la comunidad portuaria venimos realizando en los últimos, años es, en mi opinión, uno de los motivos por los que una de las navieras más importantes del mundo, piensa en el puerto como la mejor ubicación para invertir más de 1.000 millones de euros en una nueva terminal.

Pero no nos preocupemos, por desgracia, como contrapeso tenemos al alcalde Joan Ribó y por extensión a Compromís, poniendo palos en la ruedas, ensuciando diariamente nuestra imagen, por cierto, con un alto coste reputacional para todos nosotros, como si todo esto surgiera de la casualidad y no del esfuerzo y el trabajo constante de los que, con mucho orgullo, participamos del crecimiento de la locomotora de la economía valenciana que no es otra que nuestro querido Puerto de València. Si algo funciona, vamos a estropearlo.

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