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Amberes acelera el proceso de fusión de puertos europeos con la integración del recinto de Brujas

Puertos del Estado no se plantea por el momento planes de concentración en España mientras Francia avanza en el plan de integración de los enclaves del eje del Sena: Le Havre, Rouen y París

Imagen aérea de dos de las terminales de contenedores del Puerto de Amberes, tercero con más tráfico de Europa. | LEVANTE-EMV

Europa acelera el proceso de concentración de puertos en busca de sinergias que mejoren servicios y capten más tráfico de mercancías de las navieras. La recién anunciada fusión de los emplazamientos belgas de Amberes y Brujas, pendiente ahora del visto bueno de las autoridades de Competencia, supone la creación de un nuevo puerto gigante en el noroeste de Europa y un impulso significativo a la posición de ambos en el viejo continente, donde compiten abiertamente con los grandes del Mediterráneo -El Pireo, València, Barcelona, Algeciras o Tánger, entre otros- por los tráficos interoceánicos de contenedores procedentes del sudeste asiático.

Según las cifras de 2020, esta nueva alianza aglutinará 278 millones de toneladas de mercancías, afianzándose como segundo puerto europeo después de Rotterdam. Asimismo, se convertirá en el mayor de contenedores de Europa en tonelaje, con un trasiego de 157 millones de toneladas anuales. Y ocupará el puesto 13º mundial en contenedores (con 13,8 millones de TEU, es decir unidades de veinte pies o 6,1 metros de longitud). En Europa, también liderará el tráfico de vehículos, será uno de los más importantes en cuanto a mercancía general y supondrá el 15 % del tráfico de gas natural licuado (GNL).

Esta fusión en Bélgica combinará los puntos fuertes de cada uno de los puertos, en gran parte, complementarios. Amberes está especializado en el tránsito y la gestión de contenedores, productos químicos y carga general y de proyecto; mientras que Brujas es un recinto importante para el movimiento de mercancías rodadas, contenedores y transbordo de gas natural licuado.

Según los presidentes de ambos puertos, «uno de los primeros objetivos es la identificación del mayor número posible de sinergias que permitirán una optimización de los recursos frente a los desafíos sociales y tecnológicos del futuro, como la transición energética, la innovación y la digitalización», aseguran a través de un comunicado conjunto. La nueva sociedad será propiedad en exclusiva de las dos ciudades belgas, con un 80,2 % de las acciones en manos de Amberes y un 19,8 % propiedad de Brujas. Los puertos belgas y holandeses son propiedad municipal o de un consorcio público-privado en el que la propiedad de la tierra es municipal.

El «ranking» europeo continuará liderado por el de Rotterdam (14,8 millones de contenedores anuales), mientras que el de Amberes-Brujas consolidará el segundo puesto, con 11,8 millones. El tercer lugar lo ocupa Hamburgo (9,3 millones) y el cuarto, El Pireo (6 millones). València es quinto con algo más de 5,4 millones de contenedores.

El citado recinto marítimo griego ha irrumpido con fuerza entre los grandes puertos europeos hasta alcanzar el cuarto puesto de Europa, escalando dos con relación a 2018, y situándose como líder en el Mediterráneo tras el desembarco de Cosco Shipping Port, compañía estatal china que compró este puerto en abril de 2016 tras la bancarrota del Estado griego.

En los planes de integración también participan algunos puertos de Francia, como Le Havre, Rouen y París (en el eje del río Sena) tras el acuerdo, logrado en 2015, de Calais y Boulogne sur Mer en el Port Boulogne. Francia tiene unos 50 puertos comerciales, entre ellos 7 que son gestionados por entidades del Estado designadas por la ley como grandes puertos. Esta categoría incluye Burdeos, Dunkerque, Le Havre, La Rochelle, Marsella, Nantes Saint Nazaire y Rouen.

España cuenta con 28 Autoridades Portuarias, tuteladas por el Ministerio de Transportes a través de Puertos del Estado. Gestionan 46 emplazamientos y no existen, al menos por el momento, movimientos de cara a reducir esta estructura tan atomizada. Con todo, los pasos dados por Bruselas y Francia podrían impulsar procesos de concentración en España. Un informe de la auditora Deloitte sostiene que la cooperación de largo alcance entre los grandes puertos europeos «consolida el empleo, fortalece su papel en el territorio y mejora la competitividad en su ámbito internacional y comercio exterior».

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