S. Carbó, Valencia

Las altas temperaturas reinantes en las últimas semanas han propiciado un intenso rebrote de la plaga llamada Tuta absoluta o polilla del tomate que está poniendo en jaque a la cosecha tomatera de la Comunitat Valenciana, según diversos testimonios de productores recogidos por este diario. Los ataques de este voraz lepidóptero, que ataca tanto a la mata de la planta como a su fruto, están resultando especialmente virulentos en Castelló, y más concretamente en las zonas productoras de Alcalà de Xivert, donde se cultivan los sabrosos tomates de penjar que suelen emplearse para elaborar el conocido pa amb tomaquet.

Tampoco escapan a la dañina incidencia de la polilla las producciones tomateras que se realizan en las áreas de El Perelló y el Mareny de Barraques, si bien los desperfectos provocados por la Tuta absoluta no parecen haber alcanzado todavía unos niveles tan ruinosos como en Castelló.

Impotencia y quejas

Pero, quizá, lo peor del caso es que los agricultores se están viendo impotentes para frenar el avance de una plaga originaria de Sudamérica y que llegó por primera vez a España el año pasado procedente, con toda probabilidad, de algún cargamento de tomate importado.

Durante la pasada campaña la polilla en cuestión ya demostró con creces su capacidad de devastación, hasta el punto de que las organizaciones agrarias cifraron entonces entre el 50% y el 80% la cosecha de tomate valenciana que fue aniquilada por esta nueva plaga cuya proliferación se ve muy favorecida por el el calor.

Así que, tras constatar que la polilla revestía una peligrosidad evidente, la Conselleria de Agricultura elaboró un plan de actuación para combatirla cuando, con la llegada del verano, volviese a aparecer en las explotaciones. Sin embargo, y de acuerdo con las versiones de diversos productores de tomate, las disposiciones de la Generalitat no se están cumpliendo, hasta el momento, en su totalidad.

En determinadas zonas, muy castigadas por la Tuta absoluta, los agricultores chocan con serios problemas para acceder al pesticida contra la plaga que la Conselleria se comprometió a repartir. No hay noticia tampoco de que se estén acotando ni destruyendo las plantaciones afectadas, tal como preveía el plan y todas las acciones contra la polilla parecen limitarse a la instalación de una serie de trampas que se antojan insuficientes para atajar el problema en plena época de rebrote de la plaga.