Sergio Carbó, Valencia.

La actividad de las empresas de trabajo temporal (ETT) se está resintiendo como consecuencia de la crisis. Las contrataciones que se gestionan a través de este tipo de firmas descendieron de un 33% en 2008 y esa tendencia negativa se está acentuado todavía más desde el pasado mes de septiembre, según los testimonios recabados por este diario entre empresas del citado sector. Esa caída de la actividad lleva aparejado un descenso del volumen de negocio de las ETT que se manifesta en la misma proporción ya apuntada. "El mercado está parado -sintetiza el presidente de la Federación de Empresas de Trabajo Temporal (Fedett) en la Comunitat Valenciana y director general a su vez de la firma Access, Domingo Carles-, y la demanda de trabajadores por parte de las empresas productivas es muy escasa en estos momentos".

Efectivamente, las actuales coordenadas de la situación económica han llevado a las ETT a una encrucijada perversa: por un lado, sus clientes potenciales, es decir las compañías que puedan estar interesadas con contratar personal, se encuentran más bien en la tesitura de reducir plantilla, mientras que, por otra parte, el aumento del paro provoca que la cifra de aspirantes a conseguir un empleo mediante las agencias de trabajo temporal se haya disparado entre un 60% y un 70%. Domingo Carles ilustra la situación con un ejemplo bien elocuente: "Si antes enviaban en una semana 200 currículos para un puesto de teleoperadora ahora son 1.200 los que llegan".

El azote del paro también se está reflejando en el cambio de perfil de los solicitantes de empleo que acuden a las empresas de trabajo temporal en busca de una oportunidad. "No es infrecuente encontrar un antiguo jefe de área que ahora se ofrece para trabajar en lo que salga", señala el presidente de Fedett en la Comunitat Valenciana. El problema es que apenas salen ofertas y esa coyuntura adversa está repercutiendo de manera muy negativa sobre la estabilidad del sector de las ETT, sobre todo en aquellas firmas que tienen un tamaño más reducido y su radio de acción menos diversificado que las grandes compañías del sector.

Una de las consecuencias de la crisis en el colectivo de las ETT se está plasmando en el cierre de delegaciones. De acuerdo con las fuentes consultadas, la reducción de la red de oficinas se situaría en torno al 10% tanto a nivel estatal como autonómico. Igualmente, algunas ETT se han visto en la necesidad de reducir sus plantillas, si bien en una proporción todavía muy minoritaria, según la opinión más extendida. Por el momento, y a pesar de las dificultades, no se tiene constancia del cierre de empresas en este sector.

Entre las posibles medidas para aliviar la situación, el director de firma Adecco en la Comunitat Valenciana, Francisco Martínez, apunta que, además de apostar por la diversificación, este colectivo "está reivindicando ante la autoridad laboral que se nos permita operar en sectores que tenemos vetados como la construcción, la sanidad o las administraciones públicas".