Superados los riesgos de burbuja inmobiliaria en el país que arrebató a Madrid los Juegos Olímpicos de 2016, las compañías inmobiliarias españolas con negocios en Brasil -donde el empresario valenciano fundador de Astroc, Enrique Bañuelos, se sitúa a la cabeza- revientan su futuro y toman posiciones ante la designación de Río de Janeiro como ciudad olímpica. A pesar de la crisis económica de alcance mundial, la aventura brasileña del inversor nacido en Sagunt -bautizado ya en el país sudamericano como el Donald Trump español (en referencia al multimillonario estadounidense del sector inmobiliario)- comienza, tras el fiasco de Astroc en España, una nueva andadura para desarrollar planes de gestión de suelo, promoción de vivienda y actividades turísticas al hilo de las crecientes espectativas de negocio que abre el mencionado acontecimiento deportivo al otro lado del Atlántico.

A caballo entre sus negocios financieros en la "city" de Londres y Nueva York, su cuartel general de Valencia en el palacete de la calle de la Paz y sus continuos viajes a Brasil en su jet privado, Bañuelos -sin vida pública y social alguna en España- ha conseguido reinventar Astroc durante este año en el país que preside Lula da Silva. Tras adquirir junto al grupo brasileño Agra -a Morgan Stanley y varios inversores locales- la firma promotora Abyra (cotizada en bolsa), ha fusionado tres compañías bajo el nombre Agre Empreendimentos Inmobiliarios, controlada por Veremonte Holdings, que representa el tercer grupo inmobiliario del país por activos. El nuevo grupo de Bañuelos de Castro dispone de un patrimonio de 550 millones de euros.

"Las inmobiliarias españolas se han sentido atraídas por una economía que funciona bien, un país con estabilidad política y monetaria, además de por una oferta de suelo barato. Además, el país tiene un programa de modernización de sus infraestructuras para atraer el turismo", explica una consultora especializada en el mercado inmobiliario internacional. Por eso, junto con Bañuelos otras inmobiliarias de capital español están actuando en Brasil, como las valencianas Afirma (la resultante de la fusión de Astroc y una veintena de promotoras tras la crisis de la mercantil valenciana por su batacazo bursátil y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria) y Marina d'Or, así como Balboa, Grupo Sánchez, Acciona Inmobiliaria, Ingeconser, Casa Azahar, Grupo Nicolás Mateos, Euronatal, Promaga, Trusman, Qualta Real Estate y Red Water, entre otras, según constata un reciente informe realizado por Spanish Real Estate.

Recelo en el sector

Pendiente de querellas abiertas en la Audiencia Nacional por posibles delitos societarios y en medio del recelo del empresariado brasileño, Bañuelos ha borrado las huellas de su patrimonial CV Capital, desde la que controlaba su imperio en España, ha constituido recientemente Kavaal Real State para guiar sus inversiones e intentar llegar al puesto 95º de la lista de mayores fortunas del mundo de la revista Forbes. Ese puesto lo ocupó en 2006, cuando su fortuna se estimó en 4.500 millones de dólares. En Brasil pocos querían hacer negocios con él.

Fútbol y Juegos Olímpicos

Pendientes del impacto de la Copa del Mundial de Fútbol en 2014 y los citado juegos olímpicos de 2016, la consultora DBK destaca que la producción del sector de la construcción en Brasil ha crecido a un ritmo superior al 15% anual durante el período 2006-2008, en un contexto de fuerte crecimiento económico y desarrollo de programas gubernamentales de inversión en las áreas de infraestructuras y vivienda. Durante 2009 se está produciendo una moderación en el crecimiento del sector, como consecuencia de la coyuntura económica internacional, si bien el mercado continúa ofreciendo buenas perspectivas de desarrollo.

La actividad constructora en Brasil ha registrado en los últimos años un gran dinamismo, impulsada por un contexto de fuerte crecimiento económico y por el apoyo de programas gubernamentales de inversión en infraestructuras y vivienda. A partir de 2010 es previsible que la economía brasileña recupere el tono de crecimiento de ejercicios previos a 2009, lo que, junto al desarrollo de planes de inversión en infraestructuras y viviendas, permite prever una reactivación de la actividad, estimándose crecimientos nominales de la producción de alrededor del 9% en 2010 y del 12%, en 2011.