La familia Serratosa Luján ha conseguido ganar un mes y medio para tratar de alcanzar un acuerdo para refinanciar la deuda de Uralita. La negociación busca evitar la suspensión de pagos de la empresa de suministros de la construcción que puede arrastrar también a Nefinsa, la matriz del grupo. Uralita comunicó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores como hecho relevante el pacto para extender los vencimientos de diferentes instrumentos de deuda hasta el próximo 12 de marzo.

La principal carga de la mochila financiera del grupo es la amortización de una emisión de bonos de 2004 por importe de 147 millones de euros cuyo primer plazo vencía en noviembre del año pasado. Uralita ya tuvo que prorrogar el pago. Asesorada por la consultora Lazard, el grupo que preside Javier Serratosa, propietario también de Air Nostrum busca extender el vencimiento de los bonos al tiempo que negocia con entidades financieras como el Santander y Bankia refinanciar otras deudas. En mayo, Uralita también tiene que afrontar la última amortización de un préstamo sindicado de 120 millones de euros. El importe de este pago asciende a 42 millones de euros.

En total, Uralita presentaba en 2010 (último ejercicio depositado en el Registro Mercantil) deuda a largo plazo por importe de 301 millones de euros más otros 31,5 millones en concepto de crédito fiscal. A corto plazo, la deuda se elevaba a 130 millones de euros.

El informe de auditoría de 2010 elaborado por Deloitte ya advertía de un fondo de maniobra negativo de 140 millones de euros provocado precisamente por el vencimiento de deuda previsto para noviembre del año pasado.

La familia Serratosa Luján se hizo con el 79,06 % de Uralita tras lanzar una oferta de adquisición de acciones de 2007. Nefinsa tuvo también que apalancarse para cerrar la operación. Nefinsa cerró 2010 con más de 480 millones de euros en deuda a largo plazo y apenas 500.000 euros de beneficios.

A los problemas de Uralita se suman también los de Air Nostrum, que se encuentra en pleno proceso de reestructuración y negocia con su plantilla un expediente de regulación de empleo. De la capacidad de los Serratosa para diferir los vencimientos de deuda depende el futuro de su grupo empresarial.