España, el segundo país productor de coches de Europa (el primero en vehículos industriales) y el noveno del mundo, necesita un cambio de "180 grados" en su política industrial para asegurar el futuro de este sector estratégico que genera más del 10% del PIB, el 20% de las exportaciones y más de dos millones de puestos de trabajo directos. Ésta será la principal petición que la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) lanzará en la cumbre que se celebra hoy y mañana y que reunirá a los primeros espadas de multinacionales como PSA, BMW, Daimler, Toyota, Volkswagen, Fiat o Ford.

La élite mundial del automóvil dará así un espaldarazo al sector en España, que cuenta con 17 plantas de producción y que es protagonista del lanzamiento en exclusiva mundial de los primeros coches eléctricos de fabricantes como PSA Peugeot Citroën (en Vigo), Renault, Seat, Daimler o Nissan. Se trata de la primera vez que ACEA reúne en este país a su plana mayor, que mantendrá encuentros con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el ministro de Industria y PYME, José Manuel Soria, mandatarios regionales y su Alteza Real el Príncipe de Asturias.

El grupo francés PSA Peugeot Citroën envía a su presidente, Philippe Varin, según ha podido confirmar este periódico, quien trasladará su apuesta al Gobierno por la tecnología y la innovación, y ratificará su apuesta por las plantas españolas del consorcio (Vigo y Villaverde), en las que han invertido más de 1.100 millones de euros en los últimos tres años.

Plan integral

Las marcas exigirán al Gobierno central un plan integral de automoción que, además de incluir ayudas directas a la compra de automóviles para recuperar el maltrecho mercado interno, abordará aspectos de política industrial, fiscalidad y transportes y logística, entre otros.

La Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), principal impulsor de que ACEA haya escogido Madrid para esta cumbre europea, ya ha trasladado al Ejecutivo un decálogo de medidas encaminadas a impulsar la competitividad de estas empresas en España.

Entre esas medidas destaca la mejora de las infraestructuras de transporte y logística para las plantas españolas (ferrocarril, puerto, etc.), como elemento para reducir costes ante la desventaja que supone para España su posición periférica respecto a los principales mercados europeos (Alemania y Francia). Los fabricantes también apuestan por una revisión a fondo de la fiscalidad del automóvil (con la supresión del impuesto de matriculaciones y la modificación del IRPF a las alquiladoras) y endurecer las inspecciones en las ITV.