Banc Sabadell, entidad financiera que ha absorbido la antigua Caja del Mediterráneo (CAM), ha llegado recientemente a un "acuerdo de intenciones" con el grupo Ros Casares para quedarse con Ciudad Ros Casares, un complejo urbanístico de 172.000 metros cuadrados ubicados en el polígono Vara de Quart -inaugurado en 2009 tras invertirse 220 millones de euros- y que ahora esta corporación empresarial en manos de la familia Ros Casares tiene que ceder al banco ante los problemas para su financiación y comercialización de locales. Hasta la fecha, Ciudad Ros Casares tan sólo ha venido 40 "lofts" (apartamentos con superficies de entre 83 y 153 metros cuadrados) de los 689 que incluyen sus 14 edificios, lo que supone apenas un 1 % del total de estos inmuebles.

El principio de acuerdo entre entre Ros Casares y Banc Sabadell, que ya controlaba el 20% de la firma inmobiliaria a través de la sociedad TIP (filial de Banco CAM) se materializará dentro de tres meses. Los activos se separan de la sociedad conjunta que tenían ambas firmas y pasarán integramente a Banco CAM, según indicaron fuentes de la entidad financiera. Además de los citados lofts, los activos también incluyen 132 superficies comerciales de entre 90 y 2.000 metros cuadrados, así como 1.43 1.435 plazas de aparcamiento. La antigua CAM participó en la financiación de Ros Casares Espacios, propietaria de la citada urbanización, mientras que el otro 80 % pertenecía a Goya 69, filial del Grupo Ros Casares, y firma patrimonial de la empresa con importantes negocios siderúrgicos en España y otros países europeos.

En virtud del acuerdo de intenciones alcanzado por ambas partes, del que la compañía Ros Casares no ha querido hacer valoraciones, se ha fijado un "procedimiento complejo" por el que Banco Sabadell-CAM adquiere la propiedad a cambio de cerrar una serie de créditos adeudados y, además, prestará oficinas en régimen de alquiler para la sede central de la mercantil valenciana, según explicaron fuentes financieras. La principal dificultad para el traspaso del complejo inmobiliario se encontraba en la fórmula, ya que Ros Casares descartaba la dación en pago para hacer frente a la deuda adquirida para construir el complejos. El preacuerdo también contempla que el grupo valenciano mantenga en alquiler su actual sede en este recinto y que pueda colaborar en la comercialización de los edificios incluidos en el complejo.

Ciudad Ros Casares se presentó como "una de las mejores ciudades empresariales de Europa" e incluye lofts, oficinas, locales comerciales y apartamentos turísticos, en un complejo dotado de altas prestaciones tecnológicas y calidades con diferentes tipologías, amplias zonas verdes y de ocio, servicios generales y especializados. Sin embargo, después de un lustro y en medio del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el complejo urbanístico permanece casi desértico. La crisis de este grupo familiar también provocó el recorte de empleo, sueldos y el patrocinio del equipo de baloncesto femenino Ciudad Ros Casares.

Además, la corporación empresarial paralizó la puesta en marcha de una empresa siderúrgica en Parc Sagunt, un proyecto, conocido como Brava Steel, en el que prevía una inversión de 450 millones de euros en 2007 y que posteriormente ha manejado otras ubicaciones.