El presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, José Vicente Morata, mantuvo ayer su apoyo a la ampliación del Palacio de Congresos, que lidera el Ayuntamiento de Valencia, con lo que hizo oidos sordos al acuerdo de la junta directiva de la patronal provincial CEV de oponerse a ese proyecto hecho pública hace dos semanas y a la posterior petición de los patronos en el comité ejecutivo cameral de cierre de filas.

Además de renovar su voto favorable a la ampliación en el patronato del centro de eventos, Morata llevó ayer al pleno de la corporación al director gerente de Turismo Valencia, José Salinas, para que explicara el proyecto. Esta última decisión causó malestar entre varios dirigentes de la patronal, que no habían sido informados de la invitación e interpretaron la misma como una forma de presión.

Salinas explicó las ventajas de la ampliación, que los empresarios consideran que no es una prioridad en estos momentos de austeridad pública. Además de varias intervenciones pidiendo detalles sobre el proyecto, el presidente de la CEV, Salvador Navarro, reiteró la posición de la patronal y algún otro vocal expresó su apoyo a la iniciativa siempre y cuando la financiación sea privada. De hecho, una de las fuentes consultadas aseguró que el proyecto, "por lo que han explicado, es tan superrentable, tan chollo, que se paga solo y, por eso, es incomprensible que el ayuntamiento tenga que estar detrás cuando ha tenido que pedir préstamos al Estado para pagar a los proveedores".

Las diversas fuentes aseguran que Morata se encontraba muy presionado por el Ayuntamiento, especialmente después de que el vicealcalde Alfonso Grau criticara con dureza la oposición de la patronal, y que tenía poco margen para echarse atrás del voto a favor de la ampliación que emitió el pasado abril. Y es cierto que se encontraba entre la espada y la pared, porque los empresarios -algunos de los principales dirigentes de la CEV forman parte del comité de la Cámara- le reprochaban que no hubiera sometido previamente su decisión al acuerdo del pleno y le instaban a posicionarse ahora al lado de las empresas, al tiempo que le recordaban que su acceso a la presidencia cameral se lo debía a los dirigentes de la patronal. Como decía uno de los consultados, "la Cámara debe decidirse entre las empresas o la administración". Como corporación de derecho público tutelada por la Generalitat, Morata se ha decantado por esta. Pese al desencuentro de las últimas semanas, las citadas fuentes apuntan que no ven en el horizonte un guerra CEV-Cámara, aunque sí añaden que la ampliación del Palacio de Congresos está sirviendo para que cada parte mida las intenciones de la otra.