En su último informe prevé un crecimiento del país del 1 % en 2014, pero en la Comunitat Valenciana sólo del 0,3 % del PIB. ¿Qué lastra a esta autonomía?

La C. Valenciana y otras del Mediterráneo sur acumulaban una serie de desequilibrios que se han ido corrigiendo, como el tener sobreoferta de vivienda nueva sin vender, una alta tasa de paro y un elevado endeudamiento de familias y empresas y todo esto lastra el consumo. Además, el endeudamiento del sector público era relativamente bajo al inicio de la crisis, pero con la pérdida de ingresos que han sufrido las administraciones por la reducción de la actividad inmobiliaria y el incremento del gasto que se hizo para compensar las decisiones de ahorro de las familias, la deuda pública creció sin que los acreedores pusieran fácil la financiación. Así, tenemos que generar superávits a la vez que cumplimos el compromiso con Europa de reducir el déficit, que en el caso de la C. Valenciana es pasar del 13,5% del PIB hasta el 1,6% que es el objetivo asimétrico. Para nosotros, que una comunidad tenga que reducir drásticamente su déficit significa que la demanda interna va a bajar y que por lo tanto el crecimiento del PIB también se va a ver afectado negativamente.

¿Cómo perdura todavía la sobreexposición al ladrillo?

Son todos los agentes; las familias que vieron un activo cuyo precio aumentaba y decidieron destinar ahí su ahorro, también un porcentaje elevado de promotores que entregaron sus inmuebles por impagos a la banca. Es una cadena que ha generado endeudamiento privado y también endeudamiento público: buena parte de los ingresos de las administraciones eran impuestos y tasas de la actividad inmobiliaria.

¿Dentro se va a notar poco el hecho de que se esté vendiendo bien fuera?

Es un cambio de modelo: venimos de una etapa en la que la exportación era un 23 % del PIB y ahora supone el 85 %, mientras que el consumo ha caído y ha afectado a los productores que dependían de la demanda interna. Ahora hay que esperar a que el sector exportador alcance un peso específico para que pueda tirar del empleo y del resto de la economía.

¿Cómo se manifiesta un crecimiento del 1%?

En empleo, teniendo una de las tasas de paro más elevadas del mundo, un 25%, con un 1% de crecimiento se crean muy pocos puestos de trabajo; para reducir el paro calculamos que se necesita un crecimiento del PIB de alrededor del 2 %. Pero tenemos muy buena evaluación de la reforma laboral, y es probable que permita crear empleo aún con una tasa de crecimiento baja. Este porcentaje significa que vamos a ir viendo cierta estabilización en todo; ese 1 % lo que va a hacer es ponernos un suelo para que podamos tener más confianza en el futuro y las empresas vean más certidumbre y puedan invertir. Ese crecimiento de la inversión creará empleo y una expansión de la capacidad productiva. Pero en un principio, esto lo va a ver más el sector exportador que los establecimientos dedicados a la demanda interna. En la C. Valenciana, el nivel de la venta exterior es ahora un 20% mayor que el nivel precrisis, y pensamos que en los próximos años va a expandir su capacidad productiva. De hecho la inversión en maquinaria y en bienes de equipo ya está empezando a repuntar.

Entonces 2014 será un año bueno a nivel macroeconómico, pero el pequeño comercio y la calle lo van a notar poco, ¿no?

El problema con la Comunitat Valenciana es que es una economía muy desigual; hay una serie de sectores a los que les está yendo relativamente bien y les va a seguir yendo así, pero las expectativas que existen en España sobre la demanda interna son de caída, lo que se agrava en la C. Valenciana porque además necesita un cierre bastante ambicioso del déficit en este segundo semestre... Todo lo que esté dedicado a la demanda externa, aunque sean pymes de bienes y servicios, va a notar recuperación, pero aquellos que dependan de la demanda interna todavía van a tardar en notarlo.

¿De qué debería estar más pendiente un exportador?

Si fuera exportador me preocuparía la política monetaria expansiva que impulsa la Reserva Federal y que esto pueda afectar a países que dependan de su financiamiento en dólares; países emergentes que pueden ser demanda de los exportadores valencianos.

Si tuviera que evaluar Cataluña como zona de inversión a largo plazo para un cliente, ¿consideraría el avance del independentismo?

Es una autonomía con elevado capital humano y un tejido productivo importante. Sus empresas están muy preparadas para la exportación, pero comparte con la C. Valenciana su elevado endeudamiento público. Si reducen déficit limitando impacto en el tejido productivo, lo vemos con expectativas elevadas... En lo otro no entramos... En estos momentos, Cataluña es parte de España.