Decenas de jóvenes de entre 18 y 26 años han acudido este viernes en tropel al hotel NH Valencia Center con el currículum bajo el brazo. Air Nostrum, la aerolínea de Iberia para vuelos regionales, iniciaba allí una jornada de puertas abiertas para incorporar a su plantilla nuevos tripulantes de cabina de pasajeros.

El proceso ha copado toda la mañana, mediante una exigente criba en la que cada vez quedaban menos candidatos. El requisito más importante para la compañía ha sido la estatura. Nada más llegar, todos los aspirantes han sido medidos para comprobar que su altura fuera superior a 1,65 metros en el caso de las mujeres y 1,70 los hombres, hasta un máximo de 1,80 para ambos. Se les exigía también un nivel fluido de inglés, buena presencia y saber nadar.

Algunas de las asistentes, como Angie, Jenifer o Ayna no han podido superar esta primera prueba y han tenido que marcharse sin la posibilidad de una entrevista personal. Las tres lamentan que en la selección no se haya comprobado el nivel de estudios antes de tomarles medidas. "No nos han dado ni una oportunidad por fijarse primero en la apariencia", dice Jenifer. Angie asegura que "si hubiera sabido esto antes de hacer el curso habría estudiado una carrera".

Después, los candidatos han pasado al salón de juntas del hotel para realizar un test psicotécnico y una prueba de inteligencia. Fran, que ya ha trabajado dos años para Vueling, explica que tras revisar los tests, "dirán quiénes pasamos a las entrevistas personales y las pruebas de inglés".

Muchos candidatos han venido a Valencia a propósito para la selección, como Sara y Laura, de Albacete y Alicante, respectivamente. Sara no ha podido llegar a las 9 a las pruebas y se mantiene a la espera de que le concedan otra oportunidad. Mientras, Laura ha salido contenta del examen y, como dice, "la esperanza es lo último que se pierde".