El Instituto de Tecnología Cerámica de Castelló (ITC) e investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid trabajan en el proyecto HidroCer, que pretende convertir las baldosas cerámicas en un producto hidroeficiente que termorregule la envolvente del edificio mediante enfriamiento por evaporación. Se han estimado reducciones de más del 90 % de la demanda de refrigeración actual en los edificios en ciertas regiones de clima mediterráneo.

HidroCer, que debe dar repuesta a la nueva directiva de eficiencia energética que limita las emisiones contaminantes y promueve la renovación del parque inmobiliario, es fácilmente integrable en los sistemas de fachada ventilada actuales, tanto para obra nueva como para rehabilitación. Esta cerámica transpira, evapora y consigue mantener su temperatura superficial muy por debajo de las altas temperaturas exteriores de verano con muy poco consumo de agua, sin ningún otro aporte externo de energía y en tan solo 2,5 cm de espesor.

«Reduciendo la temperatura de la envolvente de los edificios y las emisiones a la atmósfera, se mitiga el efecto isla de calor urbana y se mejora la calidad del aire que se respira en las ciudades», se subraya desde el ITC.