Se está imponiendo que los ciudadanos salgan a la calle por la frustración con la clase política, porque advierten que está sometida a poderes económicos y financieros. La política se hace con frecuencia en calles y plazas. ¿Cómo será en el futuro la política?

Yo soy mal analista político. No estamos en el capitalismo que describió Marx, sino en otro muy distinto que puede ser incluso más perverso. Pero los riesgos y las situaciones no van por la situación del siglo XIX, sino por otra muy distinta. Me preocupa la actitud antisistema, porque no es una opción. Los antisistema nos conducen a modelos altamente ineficientes, altamente corruptos y escasamente democráticos. La población, intuyendo esta perspectiva, se radicaliza; de un lado, se profundiza en contra del sistema, y por otro adopta posiciones cada vez más conservadoras. España ha sufrido una gran crisis, y los más perjudicados han sido la izquierda progresista tradicional. Carecen de discurso. Por un lado les comen terreno los promotores de la frustración y los antisistema, y otros sectores al ver estas alternativas descabelladas que readoptan tendencias muy conservadoras, que a veces se escoran hacia posturas de extrema derecha (Reino Unido, Trump?) o nuevas vías de extrema izquierda. La solución está en la información libre y en la buena educación. Solo así se construirá una sociedad robusta.

Las tecnologías también determinan la nueva política. Cambian los sistemas de representación, de votación y de participación: referéndums internos, elecciones ¿Esto la transformará radicalmente?

Es un asunto extraordinariamente complejo. Si no existe una población convenientemente formada y tenemos que gobernar a golpe de consulta online podrá ser manipulada. Puede ser catastrófico que los Gobiernos deban consultar online a los ciudadanos cada una de las decisiones que se propongan tomar. De todos modos, a este respecto no tengo todavía las ideas muy claras. Alguien debe pensar en cómo transformar para bien nuestras estructuras democráticas y las formas de representatividad y participación de los ciudadanos. Las herramientas son potentísimas, y bien utilizadas podrían dar lugar a otro modelo político.

El cambio climático, el agua? Asuntos que nos afectan mucho en esta tierra. ¿Avanzamos hacia la desertización?

La biotecnología, la sensorización y la nanotecnología, llevadas a sus avances más importantes, podrían resolver problemas de este tipo. Pero en este capítulo cabe ser optimistas.