La actividad de Iberdrola tuvo un impacto socioeconómico de 778 millones de euros en la Comunitat Valenciana durante 2018, con pagos por valor de 170 millones a más de 800 empresas de la autonomía, según informó ayer la compañía con motivo de la celebración de su junta de accionistas.

La compañía invirtió 157 millones en la Comunitat Valenciana el año pasado y aseguró en un comunicado que en 2019 «redoblará esfuerzos para seguir siendo la principal compañía renovable del país y contribuir a la descarbonización del modelo energético, con nuevos proyectos renovables, mayor capacidad de almacenamiento, redes más inteligentes y soluciones 'smart' para sus clientes».

Iberdrola culminó el proyecto STAR de redes inteligentes en la Comunitat Valenciana, que ha permitido la mejora de un 37% de media de la calidad del suministro eléctrico en España en el último año. La contribución fiscal de la actividad económica que la compañía ha llevado a cabo en la autonomía fue de 337 millones de euros, mientras que los salarios y otras retribuciones alcanzaron los 113 millones entre una plantilla de 1.700 profesionales.

La Comunitat Valenciana es «una de las que más proveedores ha aportado a Iberdrola». Entre los contratistas valencianos de la compañía más activos en 2018 figuran empresas como Ibérica de Aparellajes, GD Energy Services, Power Electronics, Obremo y las alicantinas Jainser y Blue Gold Desalación, según el citado comunicado.

La compañía prevé la aceleración de inversiones en España con el que dar un «fuerte impulso» a la transición hacia una economía baja en carbono. En la actualidad, Iberdrola construye 700 megavatios (MW) en nuevos proyectos renovables (fotovoltaicos y eólicos), tiene 2.500 MW en desarrollo y una cartera superior a los 7.000 MW. Para 2022, prevé poner en marcha 3.000 nuevos MW renovables en el país, un 52% más que su capacidad eólica y solar actual. Esta apuesta de la compañía se enmarca en su plan para impulsar las energías renovables en España.