El promotor Enrique Ortiz se retira definitivamente de la primera línea y cede el control de sus negocios a sus dos hijos mayores. Así lo confirman a este diario fuentes del Grupo Cívica, después de que el Boletín Oficial del Registro Mercantil publicara este jueves el relevo del empresario como administrador único de tres de sus sociedades y su sustitución por Laura y Enrique Ortiz Carratalá, que ejercerán el control de estas compañías como administradores mancomunados de las mismas.

Un paso que, a lo largo de los próximos meses, se irá repitiendo en el conjunto de firmas propiedad del promotor, que en su mayoría se encuentran bajo el paraguas del Grupo Cívica y que abarcan desde la construcción de obras públicas a la gestión de aparcamientos, la limpieza de espacios públicos o las residencias para la tercera edad, entre otros muchos negocios.

El proceso responde, según las citadas fuentes, al deseo de «jubilarse» del empresario, que el pasado mes de enero cumplió 59 años y que lleva desde principios de los años ochenta al frente de la compañía que heredó de su padre. Sin embargo, las mismas fuentes reconocen que también ha influido en la decisión el importante desgaste que Ortiz acumula por las diferentes causas judiciales en las que se ha visto envuelto, por su supuesta participación en diversos casos de corrupción. De momento, el empresario se ha librado de entrar en prisión -ha sido absuelto en dos ocasiones y su condena por el caso Gürtel fue de sólo 15 meses, tras pactar con la Fiscalía a cambio de confesar que había financiado ilegalmente al PP-, pero todavía tiene pendientes los juicios por el supuesto amaño del Plan General de Ordenación Urbana de Alicante y por el Plan Zonal de Residuos.