El expediente de regulación de empleo a 2.157 trabajadores que CaixaBank está en pleno proceso de negociación con los sindicatos fue el único factor que alteró, sin aspavientos, la junta de accionistas de la entidad financiera con sede social en València, que transcurrió, por lo demás, por los terrenos de la más absoluta placidez. Los dos centenares de dirigentes sindicales apostados a las puertas del Palacio de Congresos de València, con sus pitidos y proclamas, ya anticipaban que el ERE iba a ser protagonista del encuentro.
Varios de la quincena de intervinientes -y no solo los tres que lo hicieron en representación de los trabajadores- criticaron esta medida laboral. Una de ellas llegó a preguntar por qué la infanta Cristina estaba en nómina de la entidad y si iba a formar parte de los afectados por el expediente. El presidente del banco, Jordi Gual, precisó después que la hermana de Felipe VI trabaja para la Fundación Bancaria La Caixa. El sentir de los dirigentes sindicales quedó expresado con suma claridad por parte de Ruth Bolaños, de CC OO, quien recordó que la entidad financiera obtuvo el año pasado unos beneficios récord de 1.985 millones «que son la suma del esfuerzo y las renuncias de toda la plantilla. Debería haber habido una recompensa para ellos, pero, por contra, se nos amenaza con medidas forzosas» como los despidos o la movilidad contemplados en el ERE.
Bolaños añadió que el expediente «va a empeorar las condiciones de la plantilla que ha logrado esos resultados. Si las personas somos lo primero, como dice la entidad, demuéstrenlo y retiren las medidas». Desde la plataforma Unión Sindical CaixaBank, que agrupa al resto de centrales, Pedro Villafañe y Francesc Sabater añadieron que el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, «debe corregir esto o marcharse».
En su turno de respuesta, Gual hizo una defensa cerrada de Gortázar y aseguró que las críticas a este eran «injustas e infundadas». Algún interviniente reprochó a este último su salario de 3,5 millones anuales. Luego, Gual defendió la remuneración del consejero y los bonus de alta dirección por ser «adecuados y moderados» si se tiene en cuenta el tamaño del banco y lo que se abona en otras cotizadas. Pero donde puso especial énfasis fue en aportar argumentos sobre la conveniencia del ERE. El presidente de CaixaBank lo justificó en la necesidad de «anticiparse al futuro». Gual recordó que el sistema financiero sufre una «enorme presión competitiva» como consecuencia de los bajos tipos de interés y la contracción del crédito y apuntó que «hay que reaccionar», además, ante la extensión de las nuevas tecnologías y los cambios de hábitos de los clientes. «Sería irresponsable no acometer los cambios necesarios» en el principio del nuevo plan estratégico del banco, que inicia su andadura este mismo año, dijo Gual, quien añadió que «es obligación de este consejo velar para que la rentabilidad se mantenga en el futuro para asegurar la continuidad del banco, su adecuada capitalización y el empleo y la generación de renta y riqueza en años futuros».
Por su parte, Gortázar apuntó que «hay que pensar en el futuro, ser realistas ante la complejidad del sector, adaptarse a los nuevos tiempos y, ahora que podemos, hacer un esfuerzo por elevar los ingresos y bajar los costes».
Gual, en valenciano
Por otro lado, Gual, quien se expresó en valenciano durante una parte de su intervención inicial, auguró para el año 2019 un crecimiento moderado en la economía mundial y en la eurozona, si bien pronosticó que España y Portugal crecerán más que la zona de la moneda única. También se mostró convencido de que los tipos de interés seguirán tan bajos como ahora «durante largo tiempo».
Aunque la sala donde se celebró la junta, como indicó un accionista, estaba más bien poco concurrida, los asuntos tratados fueron aprobados por los copropietarios presentes o representados, que superaron el 65 %. Entre las medidas adoptadas se encuentran la aprobación de las cuentas de 2018 y la gestión de la dirección, así como la política de retribuciones y la reelección como consejeros de Gortázar, Amparo Moraleda, John S. Reed y María Teresa Bassons, y el nombramiento como nuevos vocales de Marcelino Armenter y la exministra socialista Cristina Garmendia. El expresidente de CEOE, Joan Rosell, deja el consejo. Por último, Gual dejó la puerta abierta a repartir en los tres próximos años un dividendo que puede aproximarse a un pay-out (parte del beneficio destinado a remunerar al accionista) al 60%, que ahora está en el 51 %.
