La escalada de los precios del alquiler sigue imparable con unas rentas que ya rozan los 600 euros de media en la Comunitat Valenciana. El coste de los alquileres ha subido un 9,62 % en las tres provincias valencianas en el último año y el encarecimiento es especialmente intenso en la capital del Turia, según revela un informe sobre la situación del mercado de la Asociación de Inmobiliarias de la Comunitat Valenciana (Asicval). En la ciudad de València es prácticamente imposible alquilar por menos de 750 euros, en Alicante capital está complicado encontrar piso por menos de 625 y en Castelló la espiral alcista no es tan acusada y la renta media ronda los 438 euros. Nora García, presidenta de Asicval, advierte de que el incremento de precios se va a mantener en los próximos meses por la falta de oferta y asegura que el decreto del Gobierno para incentivar los alquileres tendrá un efecto contraproducente al prohibir los avales ya que deja fuera del mercado «al 20 % de las personas que buscan piso».

«La subida continuada de los precios de compraventa y alquiler se debe, sobre todo, a la escasez de oferta, unido a un aumento de la demanda como consecuencia de la recuperación económica», subrayó la presidenta de la asociación valenciana de inmobiliarias. Nora García -que también preside la Federación de Asociaciones Inmobiliarias (FAI), de ámbito estatal- está convencida de que la tendencia se mantendrá de manera moderada durante los próximos trimestres a menos que la Administración tome medidas. «Si las administraciones quieren evitar una nueva burbuja del alquiler es necesario que propicien un incremento de la oferta mediante un aumento significativo del parque público de vivienda y la mejora de la fiscalidad a los pequeños propietarios», señaló.

Nora García admitió que el proceso de construcción de inmuebles públicos es lento por lo que incidió en que la medida más efectiva es rebajar los impuestos a los inversores que compran vivienda para destinarla al alquiler tradicional. «El problema son los alquileres turísticos. Nosotros defendemos que los impuestos de compra de la vivienda adquirida para el arrendamiento tradicional (que ahora son del 10 % sobre el valor del inmueble) se eliminen o se dejen en un 4 % y que se suban a los que invierten en pisos para alquiler turístico», indicó.

La representante del colectivo (que agrupa a 130 agencias y 900 profesionales en la C. Valenciana) lamentó que el precio de los alquileres no para de subir. «Hoy tenía una visita de un piso de alquiler por el que el viernes pedían 900 euros y que durante el fin de semana lo han subido a 1.200 euros. Es una vivienda en la calle del Mar junto a la calle de la Paz. Es imprescindible que aumente la oferta para que el mercado no esté tan tensionado», advirtió Nora García. La presidenta de Asicval añadió que el 40 % de los 5.000 pisos turísticos de Valencia pertenece a pequeños inversores que han comprado de una a cuatro viviendas. «Si volvieran al alquiler normal, la situación mejoraría mucho en València».

El informe de Asicval compara la subida del mercado inmobiliario entre el primer trimestre de 2019 y los tres primeros meses del año pasado. El análisis subraya que València es la ciudad que ha registrado un mayor precio del metro cuadrado en las nuevas operaciones de alquiler de vivienda. El coste actual del alquiler en la capital asciende a 7,5 euros (750 euros un piso de 100 metros), un 7,14% más que los 7 euros del primer trimestre de 2018. En Alicante los propietarios piden de media 6,5 euros por metro cuadrado, un 14% más que los 5,7 del año anterior. La capital más asequible es Castelló con 5,2 euros el metro cuadrado, un 13% más que los 4,6 de 2018.

Escalada de precios

El precio medio en la ciudad de València evolucionó de 696,8 euros el año pasado a 753 (un aumento del 8,07%); en Alicante de 581,5 euros a 625,4 (un 7,55% más); y en Castelló, de 433,6 a 438,6 (un 1,15% más). Las viviendas de segunda mano alquiladas en la ciudad de València tienen una media de dos habitaciones y 100,5 metros cuadrados; en Alicante, dos habitaciones y 96,7 metros cuadrados; y en Castelló, dos habitaciones y 85,1 metros cuadrados.

El problema de fondo del alquiler en la Comunitat Valenciana es que una parte muy importante de la población no puede acceder a la compra por la restricción del crédito de la banca tras la experiencia de la burbuja inmobiliaria. Esta demanda cautiva se ha lanzado a alquilar y los precios se han disparado al agotarse la oferta.