Los sindicatos USO y Sitcpla de tripulantes de cabina (TCP) de Ryanair en España registraron ayer el preaviso para una huelga de diez días el próximo mes de septiembre (1, 2, 6, 8, 13, 15, 20, 22, 27 y 28), en las trece bases españolas de la aerolínea irlandesa en protestar por su intención de cerrar tres de ellas.

Las centrales sindicales señalan que el motivo de dicha huelga es «impedir el cierre de las bases de Gran Canaria, Tenerife Sur y Girona, si en este último caso se confirmase lo anunciado como intención, así como los despidos que de ese cierre se derivase en el personal directamente contratado por Ryanair y el que aún está ilegalmente en las agencias satélites, según ha explicado Manuel Lodeiro, portavoz del sindicato Sitcpla.

El portavoz del Sitcpla ha añadido que la huelga «está convocada por una amenaza contundente, expresada no sólo en la mesa, sino personalmente en las bases de Gran Canaria y Tenerife». Además, ha asegurado que los problemas generales con Ryanair «no obedecen a este hecho aislado, sino a un proceso de incumplimientos reiterado que ha abocado a la decisión más drástica que puede tomar una plantilla en defensa de sus puestos de trabajo». Ambos sindicatos ya habían advertido de que convocarían paros en septiembre tras el anuncio de la aerolínea irlandesa que ya avisó en febrero del ajuste de bases y recortes de empleo.

Ryanair avanzó entonces posibles ajustes en sus bases por la evolución del negocio derivada de la incertidumbre del 'brexit', a lo que se ha añadido el impacto por el retraso en las entregas del pedido de 30 aviones 373 MAX, con el que contaba para verano y cuyas entregas están suspendidas. «En los próximos días, recibiremos la citación del SIMA para la mediación y, de no haber acuerdo, la huelga se convocará de manera formal. Dudamos mucho de la predisposición de Ryanair a llegar a un acuerdo, e incluso a presentarse con talante negociador», tras más de un año de reuniones, afirman desde USO.

El secretario de Organización de USO-Ryanair, Jairo Gonzalo, ha criticado la «actitud de burla» de la compañía tras más de un año de reuniones en organismos oficiales españoles, y ha añadido que no albergan «la más mínima esperanza de entendimiento» ante esta situación.