José Vicente González anunció ayer, a los 73 años cumplidos, el punto final a una trayectoria pública de más de tres lustros que lo ha convertido en protagonista principal del empresariado valenciano, con muchas luces y, también, algunas sombras. Ejecutivo de una multinacional del metal de alta tecnología -GH Electrotermia-, finalizó su trayectoria profesional como uno de sus principales accionistas y como presidente. Es un signo distintivo de su currículum, como su afición al mar -es patrón de barco-, su rendida admiración por Leonardo da Vinci y su afición por los libros de Historia. Un perfil poco habitual en el mundo de la representación empresarial valenciana, al igual que su talante progresista.

González llegó a las primeras filas de la vida pública de la Comunitat Valenciana en 2003, cuando sucedió en la presidencia de la poderosa patronal valenciana del metal Femeval a Antonio Almerich. En solo dos años se había aupado a la presidencia de la entonces patronal provincial CEV en un contexto de hartazgo general hacia el trabajo del presidente en aquel momento, Rafael Ferrando, y a las dificultades económicas que atravesaba la organización por culpa de los sucesivos casos irregulares de formación. En Femeval, a González le sucedió Vicente Lafuente, quien ahora le va a relevar en la Feria. En los seis años en que presidió la CEV logró reconducir la situación financiera de la entidad. Avalado por esta gestión, en abril de 2011 fue elegido presidente de la difunta patronal autonómica Cierval. Fue su decisión más errada. Nunca se entendió con sus homólogos de Alicante y Castelló, que, descontrolados y azotados por la crisis económica, generaron un volumen de deudas de tal calibre que forzaron en 2017 a la disolución de la organización. Desaparecida también la Coepa alicantina y agonizante la castellonense CEC, la valenciana CEV se convirtió en autonómica y se ha hecho con todo el poder en la representación empresarial. Pese a su salida del mundo patronal, González siguió hasta el pasado diciembre como vicepresidente en la CEOE presidida por Joan Rosell. Fueron ocho años en ese cargo. Nunca antes un dirigente empresarial valenciano había alcanzado tal peso en la patronal española.

Unos años antes, en 2013, tomó el relevo de Alberto Catalá en la presidencia de la Feria, donde ocupaba una vicepresidencia. En estos seis años ha logrado, junto al equipo dirigido por Enrique Soto, sacar de pérdidas a la institución. No ha conseguido desbloquear un nuevo modelo para la entidad, pero, vistas las discrepancias entre Compromís y el PSPV en la Generalitat, es un déficit que no le corresponde asumir.