Autocrítica. Y una comprensión de la empresa como algo más que la pura ganancia económica. Estos son dos de los conceptos que deben imperar en el mundo corporativo. Al menos así lo planteó ayer Vicente Ruiz, presidente de RNB, la firma de cosméticos proveedora de Mercadona, durante su intervención en el desayuno de trabajo sobre «Valores en las familias empresarias: ¿Cómo se asocian al éxito y perdurabilidad de la empresa?», organizado ayer por la Cátedra de Empresa Familiar de la Universitat de València, una entidad promovida por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE). Además de pedir autocrítica en el mundo de las mercantiles, Ruiz llamó a replantearse el concepto de éxito en las empresas. Desde su perspectiva, el éxito no lo dicta el balance sino la satisfacción de todo el organigrama de la compañía. El beneficio económico es uno de los objetivos que todo empresario debe seguir, pero no es el único afirmó.

En relación con esto, Manuel Guillén, moderador y director de la Cátedra de Ética Empresarial, afirmó que «las personas necesitan respirar para sobrevivir al igual que las empresas necesitan beneficios, pero no se vive para respirar, sino se respira para vivir». Ruiz aboga por buscar el beneficio social, que, según él, pasa por la empleabilidad de las empresas dentro del marco de estabilidad y satisfacción, lo que en tono humorístico llamó «índice de las sonrisas» en las personas que forman parte de la plantilla de su empresa.

Por su parte, Rosana Perán vicepresidenta del grupo Pikolinos, destacó los planes de la compañía entre este año y 2023 relacionados con la sostenibilidad, la marca, el producto y la digitalización de las fábricas. A la vez, defendió una filosofía empresarial del bien común, un salario digno para los trabajadores y el respeto por el medioambiente.

Los valores Pikolinos, como Perán los llama, se basan en poner a las personas en el centro y en una menor jerarquía dentro de la empresa. Es por ello que para la familia de empresarios del calzado ha sido importante enfrentarse a los conflictos que han podido tener con los empleados y antes de llegar a una huelga de trabajadores han querido escuchar sus demandas. Esto no es solo una moda actual, sino uno de los principios morales que su padre inculcó tanto en la familia como en la empresa. Perán recuerda que su padre empezó su vida laboral muy joven y en condiciones muy precarias, por lo que, cuando saltó al mundo empresarial, no quería que sus empleados sufrieran la misma explotación.