A río revuelto ganancia de pescadores. En plena competencia entre puertos del Mediterráneo por captar más tráficos de mercancías, algo que es natural y comprensible, el grupo parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en el Congreso de los Diputados formula una larga batería de preguntas al Gobierno de España sobre la situación del Puerto de València, su zona de actividades logísticas (ZAL), el acceso norte terrestre e incluso del espacio de usos de la Marina Real de València. ERC insta al Ejecutivo de Pedro Sánchez a plantearse la «suspensión cautelar» del proyecto de ampliación del recinto del Grao.
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Las cuestiones formuladas a la Mesa del Congreso por parte de los diputados Xavier Eritja y Pilar Vallugera se producen en pleno proceso de adjudicación de la proyectada cuarta terminal de contenedores del Puerto de València, pendiente de si requerirá o no una nueva declaración de impacto ambiental, lo que está en manos del Gobierno central (ministerios de Transporte y Transición Ecológica). A la construcción y explotación de esta nueva infraestructura para el transporte marítimo aspira la naviera MSC, donde proyecta invertir unos 1.100 millones de euros para crear un muelle que pueda albergar hasta 5 millones de contenedores.
ERC se remonta al proyecto de ampliación del Puerto de València planificada en 2007, el mismo año, por cierto, en el que el emplazamiento barcelonés continuó ganando terreno al mar, en esta ocasión con la finalización de las obras del desvío de la desembocadura del río Llobregat dos kilómetros hacia el sur, lo que se tradujo en una duplicación de la extensión portuaria. «El proyecto de ampliación del Puerto de València y la remodelación de la zona de actividades logísticas -sostiene ERC- ha desencadenado multitud de recelos y dudas sobre la idoneidad del mismo».
La formación republicana pregunta al Gobierno si «es conocedor de las recomendaciones de la Unión Europea en cuanto a las afectaciones sociales que puede tener el proyecto (de ampliación del Puerto de València)». Además, exige una nueva evaluación ambiental. Respecto a la situación de la deuda de la Marina Real, en referencia al Consorcio València 2007, (que asciende globalmente a 373 millones de euros), ERC da por hecho que existe una acuerdo entre el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria, cuando no es así. Además, el Gobierno central sigue dejando en el aire la condonación del pasivo del citado Consorcio Valencia 2007 con el Estado tras las obras con motivo de la celebración de la Copa del América.
«¿Por qué sigue el Ministerio de Transporte sigue apostando por el crecimiento del Puerto de València y el de Sagunt en terrenos de la huerta habiendo suelo logístico disponible, tanto en Sagunt como en Riba-roja u otras zonas con suelo industrial consolidado», pregunta el grupo parlamentario de ERC al Gobierno de Pedro Sánchez. También reclama al Ejecutivo conocer «el impacto ambiental del proyecto (de ampliación del Puerto de València) para los parajes naturales de l'Albufera y el Marjal del Moro de Sagunt».
Los recelos de ERC hacia las nuevas infraestructuras que planifica el Puerto de València se producen mientras el de Barcelona renunció a principios de este año a construir otra terminal -así lo reconoció a principios de 2020 su presidenta, Mercè Conesa- porque el mercado no garantiza una demanda suficiente para justificar la inversión, tanto desde el punto de vista económico como medioambiental.
Con todo, la Autoridad Portuaria de Barcelona sigue adelante con la construcción de nuevas explanadas en el muelle Prat, donde se ubica la terminal de contenedores Best, de Hutchison Port Holdings, la más importante de este recinto. En concreto, esta actuación se lleva a cabo para anticiparse a las necesidades futuras de superficies en el ámbito del muelle Prat, donde Best prevé desarrollar la ampliación de su terminal.
Las sospechas y suspicacias de ERC sobre el Puerto de València no son nuevas entre las formaciones que han gobernado la Generalitat de Cataluña durante las últimas décadas. En 2012, en sus terceras memorias, el expresident Jordi Pujol analizaba la importancia y el futuro del tráfico euroasiático de mercancías y la lucha desatada en los puertos del Mediterráneo „italianos, franceses y españoles„ para captarlo a través de Génova, Marsella, Barcelona, Tarragona, València, Algeciras y «quizá» Tánger. «La importancia que atribuíamos al puerto „el de Barcelona„ ayuda a entender por qué teníamos tanto interés en que el AVE llegara y no sólo para viajeros, sino también para mercancías», explicaba Pujol en aquellos tiempos.