La destrucción fulminante de empleo provocada por la crisis de la covid-19 ha hecho que la tasa de temporalidad baje casi tres puntos de golpe en el segundo trimestre, al 22,4 %, un efecto evidente de la dualidad del mercado laboral que los expertos consultados creen que debe corregirse. En España, uno de los principales mecanismos de ajuste para las empresas cuando la actividad económica se resiente es la extinción o no renovación de los contratos temporales, que cuentan con indemnizaciones bajas en comparación con los contratos indefinidos.

La actual crisis económica no ha sido una excepción y tres de cada cuatro empleos destruidos en el segundo trimestre han sido temporales, lo que ha devuelto la tasa de temporalidad a niveles de 2013 cuando el empleo tocaba fondo tras la crisis financiera mundial, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).

Esta disfunción del mercado laboral ha reabierto el debate en torno al contrato único con indemnización por despido creciente, lo que plantea el inconveniente de decidir si el coste se ajusta al alza o a la baja. Ha sido el Banco de España el que lo ha vuelto a traer a la actualidad después de que en sus últimos informes económicos haya insistido en que la solución pasa por alcanzar un «reparto más equitativo» de la protección entre los trabajadores con diferentes modalidades contractuales. «Hay todo un menú de soluciones, no solo una», destaca el investigador de Fedea Marcel Jansen, que advierte de que el debate sigue «tan desenfocado» como hace diez años.

Para Jansen, atajar esta dualidad del mercado laboral que, entre otros problemas, lastra la productividad de la economía, requiere de, al menos, tres vías de acción: reducir el número de contratos existentes, igualar derechos y obligaciones -con los mismos costes de despido- y garantizar que los incentivos a la contratación funcionen introduciendo un 'bonus malo' que penalice a las empresas que usen la contratación temporal de forma excesiva o inadecuada.

No obstante, el director de Estudios del IEE, Carlos Ruiz, destaca que el empleo en España tiene un carácter general de indefinido y que durante la última fase de crecimiento «el aumento del empleo asalariado con contrato indefinido ha sido superior al de los temporales». «La temporalidad en la economía española está justificada en gran medida por el mayor peso de actividades económicas afectadas por la estacionalidad que justifican un mayor uso de esta modalidad contractual», argumenta.