De nuevo, a velocidad de crucero. «Esto puede estar al caer», afirmaban ayer fuentes conocedoras de las negociaciones para la fusión entre CaixaBank y Bankia, la primera de gran envergadura en dos décadas. El escollo del precio para el intercambio de acciones (ecuación de canje) se habría superado tras encontrar una fórmula que satisface a los dos protagonistas del proceso, la Fundación Bancaria La Caixa, el principal accionista de CaixaBank a través de Criteria, y el Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

Ayer fue un día de reuniones clave. El objetivo es llegar a la convocatoria de los consejos de administración de ambos bancos para ratificar la operación. Una reunión del presidente de la Fundación y Criteria, Isidre Fainé, y la vicepresidenta tercera y ministra de Economía, Nadia Calviño, que se llevó ayer en el más estricto secreto, debía servir para desencallar el proceso, según fuentes conocedoras de las conversaciones.

Las negociaciones para la fusión se han llevado al más alto nivel y han intervenido José Ignacio Gorigolzarri, presidente de Bankia, que lo será también de la nueva entidad, y Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, que ocupará el mismo cargo en la entidad resultante. No obstante, ha sido necesaria la participación tanto de Fainé como de Calviño para desatascar algunas cuestiones no solo financieras, sino políticas.

Gracias a la fórmula que se ha encontrado, el principal accionista de CaixaBank podría mantener el 30% en el nuevo grupo, un umbral a partir del que puede seguir con las ventajas del régimen especial de consolidación fiscal de los conglomerados de participaciones industriales, de acuerdo con la ley del impuesto de sociedades y la de fundaciones bancarias. Y, a la vez, podrá pagar al Estado la prima del 20% por las acciones de Bankia, que le otorgarían un peso accionarial en la entidad resultante de la integración mayor al previsto, en torno al 16%, en vez del 15%.

Según publicaba 'El País', el Banco Central Europeo (BCE) estaría dispuesto a que Criteria y, por tanto la Fundació, elevara de forma temporal su cuota en CaixaBank, del 40% actual a alrededor del 41% para que al hacer el intercambio de acciones con Bankia mantuviera el objetivo no caer por debajo del umbral del 30% en el nuevo grupo. Esta autorización es preceptiva porque la autoridad monetaria europea no quiere que una entidad vinculada a las antiguas cajas de ahorros tenga un peso mayor del 40% en el capital de un banco.

Este movimiento desencalla unas negociaciones que se habían estancado y que puede suponer el desembolso de unos 100 millones por parte de Criteria antes o después de la fusión por absorción. Además, la Fundació se garantiza mantener el tratamiento fiscal actual sin el cual la operación dejaría de tener sentido.

Acuerdo final

El acuerdo final determinará la proporción definitiva del nuevo banco que controlarán los accionistas de CaixaBank y que inicialmente sería del 75%, pero que puede acabar siendo del 76% si Criteria adquiere más acciones para poder mantener el 30% en la nueva entidad. La Fundación posee el 40% del CaixaBank a través de Criteria, y el Estado, a través del FROB, a su vez, el 61,8% de Bankia.

Una vez que los respectivos consejos de administración ratifiquen los términos de la operación, la propuesta deberá ser revisada por la comisión rectora del FROB. A su vez, este organismo tiene un acuerdo de gestión con Bankia que establece la obligatoriedad de informarle de todas las «operaciones relevantes» antes de que estas se acuerden en el consejo de administración, según fuentes financieras.

Por otro lado, los negociadores discuten también los planes relacionados con el número de oficinas y de empleos necesarios en el nuevo gigante bancario, que será el tercero de España por activos, con más de 630.000 millones de euros, aunque estos son puntos que no han supuesto un problema hasta ahora. Asimismo, la sede social, que ambos bancos tienen en València, seguirá en la capital del Turia, si bien está previsto que los servicios centrales se distribuyan entre Barcelona y Madrid.