El grupo Banc Sabadell, uno de los implicados en los rumores sobre fusiones y concentraciones en el sector bancario, ha cerrado el tercer trimestre de 2020 con un beneficio neto de 203 millones de euros. En términos interanuales la ganancia es un 74,1% inferior a la registrada en el mismo periodo del año anterior. Se debe a las mayores dotaciones que ha tenido que realizar la entidad financiera por el covid-19 -por insolvencias ha registrado 986 millones de euros, un 156% más que el mismo periodo del año anterior- y a menos ingresos derivados de la menor actividad por la pandemia.

Con todo, en el trimestre, el beneficio neto ha experimentado un crecimiento del 10,9% apoyado en la recuperación del negocio ‘core’ y en la disminución de las provisiones. Los ingresos del negocio bancario (margen de intereses más comisiones netas) alcanzan los 3.546 millones, un 6,2% menos en términos interanuales. El banco que preside Josep Oliu va a poner en marcha a partir del cuarto trimestre de 2020 un plan de eficiencia y transformación digital en España, que tiene como objetivo ajustar la estructura de la organización y los costes a la nueva realidad competitiva. El banco ha anunciado a esta semana a los sindicatos el inicio de negociaciones para reducir hasta 2.000 empleos en España. La entidad espera ahorrar 115 millones anuales en costes.

Otra de las medidas afecta a la filial británica TSB, donde se espera «volver a la senda de los beneficios», explicó el consejero delegado de la entidad, Jaume Guardiola.

Las comisiones netas ascienden a 1.000 millones de euros, un 6,3% inferior al año anterior por la reducción de la actividad derivada del confinamiento por la pandemia. Entre junio y septiembre, las comisiones crecen un 1% tras el aumento de la actividad por la desescalada. Los activos problemáticos a cierre de septiembre de 2020 muestran un saldo de 7.647 millones, de los que 6.127 millones corresponden a activos dudosos y 1.520 millones, a activos adjudicados.