«No es la más fuerte de las especies la que sobrevive, tampoco es la más inteligente. Es aquella que es más adaptable al cambio». En esos términos darwinianos se podría definir la evolución a la que están siendo sometidos los distintos perfiles profesionales presentes en nuestro mercado laboral. Los cambios en las necesidades de la sociedad, que se dan de forma cada vez más rápida, y los distintos avances tecnológicos han provocado que las empresas captadoras de talento busquen perfiles cada vez más multidisciplinares y, sobre todo, con amplias habilidades digitales. Ya no solo se fijan en la aptitud de los candidatos, sino, sobre todo también, en la actitud que muestran por aprender y adaptarse ante las nuevas circunstancias.

Sobre este eje coincidieron los distintos ponentes que participaron el pasado jueves en el desayuno informativo organizado por BBVA y Levante-EMV en torno al tema «Nuevos perfiles profesionales». La cita, que tuvo lugar por vídeoconferencia, fue moderada por la directora de Levante TV, Silvia Tomás, y contó con las valoraciones de Ricardo Chicharro, director de Transformación Digital en la Dirección Territorial Este de BBVA; Valentín Bote, director de Randstad Research; y José Millet, vicerrector de Empleo y Emprendimiento de la Universitat Politècnica de València (UPV).

¿Qué nuevos perfiles buscan las empresas? ¿Hacia dónde se dirigen? ¿Cómo se van a adaptar los trabajadores? ¿Cómo van a afectar estos cambios al ámbito de la formación? Son algunas de las preguntas que se lanzaron durante el encuentro digital y que tuvieron, entre otras muchas, una respuesta común: se trata de un gran reto ante el que las principales claves para alcanzar el éxito serán la transversalidad y las habilidades digitales de los candidatos.

«La velocidad de las transformaciones hace que las demandas de las empresas sean cada vez más exigentes y que las competencias que se reclaman deban venir acompañadas de habilidades como la capacidad de adaptación o la flexibilidad cognitiva», resumió Valentín Bote, director de Randstad Research y especialista en Recursos Humanos, apuntando a ese «componente de darwinismo» necesario para afrontar este reto de forma óptima.

En ese sentido, José Millet, vicerrector de la Universitat Politècnica de València (UPV), hizo hincapié en la voluntad de los entes universitarios para adaptar las titulaciones existentes a esas demandas laborales de las empresas con carreras como Ciencia de Datos, Tecnología Digital y Multimedia o Tecnologías Interactivas, entre otras, además de dobles titulaciones como ADE+Teleco o ADE+Informática «que pueden hacer de híbrido entre ambos mundos -el empresarial y el formativo-». «Es un reto muy importante porque esto va a marcar las pautas de los próximos años», insistió Millet.

«La digitalización es clave. En nuestro sector estamos llegando a cuotas muy elevadas de servicio digital. Prácticamente se puede hacer todo sin ir a la oficina», abundó Ricardo Chicharro, director de Transformación Digital en BBVA. Chicharro apunta que dentro de su compañía hay dos grandes grupos profesionales: «los que están en contacto continuo con el cliente y los que trabajan en mejorar la oferta de servicios». Para ello, profundizó, requieren de cuatro perfiles de profesionales distintos: «Los más técnicos, la división de Big Data, para dar sentido a esa cantidad ingente de datos de los que disponemos y ver qué productos le convienen al cliente; los que trabajan en el desarrollo, en el lenguaje de programación, diseño de aplicaciones… que están en constante evolución; los que velan por la sostenibilidad y la salud financiera de nuestros clientes; y los que están en contacto con ellos a diario, gestores en oficinas y que diseñan la oferta de productos y servicios para el cliente, que nos demanda poder relacionarse con el banco por múltiples canales, pero sin abandonar ninguno por completo». «Durante la pandemia se ha incrementado la interacción digital, pero hay que seguir dando a los clientes ambos servicios: tanto el digital como el personal», matizó Chicharro.

Cambios en la formación

Estas nuevas demandas, ejemplificadas en este caso en el sector bancario, han motivado a las empresas a cambiar su relación con la formación, según sostuvo Bote. «La velocidad de los cambios obliga a adaptarse de manera rápida y cualificarse continuamente para ser competitivo», explicó, al tiempo que apuntaba que «el grado de competitividad del entorno de la empresa» puede conducirle a apostar por una mayor formación interna de los que ya son sus empleados: «Lo peor que puede pasar no es que formes a los trabajadores y se te vayan, sino que no los formes y se te queden», sentenció el experto en Recursos Humanos citando a Henry Ford. «Además, la digitalización está permitiendo que empresas que no eran competidoras tuyas, ahora puedan pasar a serlo», añadió.

Por todo ello, Bote insistió en que «la formación, sin duda, pasa por las competencias digitales». «Son el punto clave para poder afrontar los próximos años con un grado razonable de éxito», valoró.

De vuelta al ejemplo de la banca, Chicharro destacó que una de las motivaciones de estos cambios de búsqueda en los perfiles profesionales la provocan los propios clientes. «La tendencia que estamos viendo no tiene retorno. La relación con los clientes va a ser cada vez más digital. Los menores de 35 años prácticamente no pisan las oficinas bancarias», asumió el responsable de Transformación Digital de BBVA. «Esa transición durará una serie de años, pero vamos camino de ello y los empleados de banca hemos de adaptarnos a ello», confesó. Según aseguró el propio Chicharro, BBVA actualmente ofrece en versión digital prácticamente todas las operaciones de un usuario estándar. «Tan solo quedan algunas operativas complejas o los préstamos hipotecarios, en los que se necesita por obligación una notaría», aclaró.

Chicharro incidió en que estos cambios también afectan a la propia organización del trabajo dentro de su entidad. «Esa estructura tradicional con un jefe de equipo también está cambiando hacia equipos multidisciplinares con un director de proyecto con el que trabajan codo con codo, lo que permite que el trabajo sea mucho más eficiente», desgranó. «Los que trabajan de cara al público deben dominar todas las herramientas digutales que tiene BBVA para mostrárselas al cliente. Hay que dominar todos los entornos para poder atenderle», apostilló.

Competencias transversales

Apelando por ese espíritu formativo que tiene la universidad, el vicerrector de la UPV, José Millet, quiso recalcar que, pese al mito de que universidad y empresa miran hacia lados distintos, «desde hace ya tiempo se está produciendo una fusión» entre ambos espacios. «En general, las universidades están cada vez más relacionadas con su entorno», defendió. Así, por ejemplo, se refirió a la potenciación por parte de la formación universitario de «competencias transversales como la capacidad de innovación, el espíritu crítico o el respeto al medio ambiente», altamente demandadas por los nuevos perfiles profesionales que reclaman las compañías.

En cuanto a la búsqueda de talentos, Millet se refirió al «PC», la suma entre aptitud y actitud. «Hablo mucho de aptitud y actitud. Hay gente que sale con una gran aptitud pero que su actitud le resta, pero hay otros que con menos aptitud pero más actitud, consiguen potenciar ese primer término», explicó. «Si se combinan ambos estamos ante el candidato perfecto. Si sumamos un entorno favorable por parte de la empresa, obtenemos el máximo rendimiento», asegura Millet. No obstante, para ello el dirigente universitario apuntó que «la dicotomía no es formar o no formar, sino ofrecer el entorno para que saquen lo mejor de ellos, y ahí es donde tiene que aparecer el liderazgo».

Refuerzos competenciales

¿Cuáles van a ser los perfiles más demandados? «Hay que tener en cuenta que depende mucho del sector», aclaró Bote. Aún así, «sea el sector que sea, la empresa nos demanda refuerzos competenciales a los perfiles tradicionales, sobre todo en aspectos digitales, hasta en puestos básicos como puede ser un mozo de almacén», insistió el director de Randstead Research. Ante ello, Bote recalcó la necesidad de buscar perfiles híbridos en los que «la flexibilidad cognitiva» será cada vez más importante. Según Bote, las compañías valorarán a «un trabajador que desde el primer día esté pensando en qué puede hacer él desde su posición para que la empresa pueda seguir adelante», si bien para ello deberá estar «motivado y a gusto».

Millet apeló a perfiles con «resiliencia, iniciativa y que aprendan rápido». Para inculcar estas características, el vicerrector de la UPV puso como ejemplo el programa Generación Espontánea en el que «gente de diferentes titulaciones interactúan y desarrollan distintas habilidades» mediante el método learning by doing (aprender haciendo). Coincide con ellos Chicharro: «Serán necesarios perfiles muy orientados al aprendizaje continuo, gente muy versátil, gente que sepa organizar y dirigir equipos y que sepa enfrentarse al día a día».