La discoteca y sala de conciertos ‘La3’ de València anunció ayer su cierre definitivo víctima de la crisis de la covid, al no poder hacer frente a las pérdidas acumuladas en los casi ocho meses que lleva sin poder funcionar a pleno rendimiento.

El local, uno de los referentes de la noche valenciana, cumplía este año una década abierto al público y tenía toda una programación de eventos para celebrarlo que nunca llegó a ver la luz por el virus. El gerente, Óscar Iglesias, confirmaba ayer la noticia a este diario, que provocará que los 20 empleados que ahora mismo tenían acogidos a un ERTE pierdan sus puestos de trabajo, y alertaba de que detrás de ellos «vendrán más» negocios del sector, que denuncia está «cerrado por decreto y sin ayudas».

‘La3’, como toda actividad no esencial, cerró por orden del Gobierno en marzo. Pero no pudo retomar su actividad hasta junio, con un tercio de aforo y sin pista de baile, lo que no cubría ni los gastos según Iglesias. La empresa solicitó un «pequeño» ICO para saldar deudas, pero a medida que la exoneración de las tributaciones de sus empleados en ERTE iba disminuyendo, el peligro de cierre crecía. Según el propio gerente, este último mes solo en nóminas abonaron 3.500 euros. A lo que hay que sumar el alquiler, los gastos comunes y de suministros y los seguros.

«Y todo sin ayudas», denuncia Iglesias, que reprocha la improvisación de las autoridades, que con las prórrogas del decreto cada 21 días les daban «falsas esperanzas» cuando, según él, tenían «claro» que el cierre seguiría vigente. El responsable de la sala denuncia que ninguna de las administraciones «ha puesto de su parte». «El ayuntamiento no nos ha concedido licencia de hostelería y ni Gobierno ni Generalitat no han dado ayudas, ha sido la tormenta perfecta».

La pandemia sorprendió a la 'La3' en plena «reconversión» de su público pero «en muy buen estado de salud», según apunta Iglesias. La sala transitaba desde el 'indie' que la encumbró hacia el trap actual, un «ciclo de cambios» que no ha podido llegar a completarse. El cierre consuma la «pérdida de un referente» de València que Iglesias, y todo el sector, alertan de que puede ser una constante en los próximos meses ante la asxifia económica de muchos locales.