Como si se tratase del día de la marmota, la luz vuelve a marcar el cuarto récord de precios consecutivo. Este jueves asciende hasta los 115,83 euros el megavatio-hora, según el Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (OMIE), y sin visos de mejora en lo que queda de semana con una nueva ola de calor en el horizonte. Un momento idóneo para que las grandes eléctricas -Iberdrola, Endesa, EDP y Viesgo- hayan propuesto públicamente una gran reforma de la tarifa regulada con la excusa de evitar, así, la «volatilidad» de la factura de la luz de los hogares españoles.

Una reclamación que había hecho ya antes el consejero delegado de Endesa, José Bogas, pero que ayer volvió a hacer la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica, Aelec. Cansadas de que el precio de la luz abra los telediarios cada vez que hay un incremento en el mercado mayorista, las eléctricas abogan por modificar el mercado regulado mirando hacia otros países como Reino Unido o Italia que tienen unos precios más o menos fijos durante un periodo determinado que puede ser de tres meses, seis meses o un año de forma que se evita la alarma social, según explican fuentes del sector.

Hartas de ocupar el centro del descontento popular por la subida de la luz, la patronal que representa a Iberdrola, Endesa y otras grandes compañías defiende que no son ellas las que «se están beneficiando de la subida del precio en el mercado mayorista», sino las compañías gasistas, aunque sin dar ninguna explicación a dicha acusación. En contra de esta interpretación, el propio Gobierno que acusa a las eléctricas.