Sí señores. Lo veníamos anunciando hace años y ya ha llegado. La pandemia ha acelerado, como en muchos otros sectores, la evolución que se esperaba para los próximos años. Se han generado muchos desajustes en el sector marítimo que han dejado en evidencia la necesidad de infraestructuras que los profesionales del sector denuncian desde hace tiempo.

El puerto de Los Ángeles es el caso más extremo donde las congestiones de las infraestructuras (con cientos de miles de contenedores bloqueados) han producido desabastecimiento mermando la economía norteamericana. Los principales puertos de Europa, entre los que se encuentra el de Valencia, siguen sus pasos. Desde el inicio de la pandemia el puerto del Grao comenzó a congestionarse más y más de contenedores hasta llegar a la actual situación crítica donde todas las terminales se encuentran por encima del 80% de ocupación, lo que provoca que las operativas sean menos productivas y las navieras hace meses están desviando sus operaciones de transbordo a otros puertos más ágiles con infraestructuras menos saturadas. Los más críticos dirán que no pasa nada porque esos tráficos no aportan riqueza a la economía local, pero lo bien cierto es que es el principio para dejar de ser un puerto de enlace (conocido como hub).

Oímos con cierto pánico que la inflación interanual se encuentra al borde del 6% y que sigue subiendo debido al alto precio de la energía, materias primas y otros. Pero… ¿Sabe usted que si Valencia deja de ser puerto hub el precio de los productos importados se podría incrementar hasta un 15%? ¿Que el 90% de los productos que consumimos vienen por vía marítima? ¿Que el transporte marítimo es el menos contaminante? ¿Que las exportaciones valencianas se reducirían en más de 3.400 millones de euros, o lo que es lo mismo, desaparecerían 10.500 puestos de trabajo? Aquellos que se oponen a la puesta en marcha de la terminal norte deberían explicar cómo podemos compensar ese incremento en el precio de productos debido a sobrecostes logísticos al pasar a ser un puerto de segunda o tercera. ¿Nos van a subir las nóminas y pensiones en ese mismo porcentaje?

Quizás el objetivo de esos «negacionistas» de la evolución económica valenciana es que la pérdida del poder adquisitivo de los valencianos se traduzca en un beneficio en las comunidades vecinas. Llegamos al límite y lamentablemente vamos a vivir grandes atascos durante años en el único acceso al puerto con eternas colas de camiones. Ojalá en breve tengamos en marcha la nueva terminal y el acceso norte para mantener ese poder adquisitivo que merecemos los valencianos y además reducir la contaminación de nuestra querida terreta.