Telefónica ha pactado este martes con los sindicatos la próxima salida de unos 2.700 empleados de la operadora en España, una iniciativa que le costará más de 1.500 millones de euros, pero que le permitirá seguir adaptando su estructura a los cambios derivados de la digitalización. La compañía ha acordado con CC OO y UGT por unanimidad el Plan de Suspensión Individual (PSI) de empleo planteado por la empresa y al que podrá adherirse alrededor del 15 % de la plantilla conjunta de todas sus filiales en España.

El PSI está abierto para empleados nacidos desde 1967, con una antigüedad en la empresa de 15 años. En total, podrán solicitar la salida hasta 4.532 personas que cumplen los requisitos, aunque, como máximo, afectará a 2.982 personas. Según fuentes sindicales, los trabajadores de Telefónica podrán solicitar la salida a partir de mañana y hasta el próximo 20 de enero, y esta se hará efectiva el 1 de febrero.

Al plan se podrán adherir un máximo del 75 % de trabajadores de más de 54 años que reúnan las condiciones de antigüedad de las áreas denominadas no críticas (2.285 empleados), el 38 % de las críticas (483 empleados) y el 100% de los mandos (214).