Hoy se conmemora el Día Internacional de las Cooperativas. Un acontecimiento que celebra este año su Centenario y que coincide con el décimo aniversario del lanzamiento oficial por parte de Naciones Unidas del Año Internacional de las Cooperativas.

Por este motivo, este año se repite el lema de diez años atrás: “Las cooperativas construyen un mundo mejor”.

Y así es. Las cooperativas son fundamentales en su entorno, especialmente en el medio rural. Generan un importante sentimiento de identidad. Son de todas las personas que forman parte de ellas, son proyectos que se sienten como propios.

Esto favorece la permanencia de sus integrantes en el territorio, combatiendo el desarraigo y la despoblación, además de garantizar la localización de la actividad. 

De esta forma, contribuyen a la pervivencia del entorno rural y de la vida en los pueblos gracias a la creación de empleo y el apoyo a los pequeños productores, además de beneficiar el mantenimiento de los ecosistemas.  

El modelo cooperativo es hoy un modelo de referencia tanto en su faceta empresarial como en el ámbito de la innovación.

Cooperativas como Anecoop apostaron desde sus inicios por impulsar la innovación como pieza clave dentro de su estrategia de crecimiento.  

Un producto que encarna esta apuesta de la cooperativa de segundo grado por innovar para ofrecer novedades a clientes y consumidores, y alternativas de cultivo para los más de 23.000 agricultores que pertenecen a sus 71 cooperativas y empresas socias de toda España, es la sandía sin pepitas.

 A principios de los 80, el consumo en Europa de sandía con pepitas era más popular en España.

No así en el resto de países europeos, donde era consumida solo entre algunas minorías étnicas, debido al freno que suponía la presencia de pepitas negras en la pulpa. 

Bodegón familia Bouquet Stars de Anecoop. ED

Durante esa década, se realizaron algunas investigaciones que aportaban resultados interesantes en la línea de sandías “sin semillas”, procedente del cruce natural en campo entre tres variedades que da como resultado una sandía con pepitas pequeñas, blancas y blandas que apenas se notaban al comer. 

Anecoop decidió apostar por este producto, viendo una oportunidad para ofrecer al mercado una novedad atractiva, y a sus socios agricultores una alternativa rentable que les permitiese diversificar y complementar sus producciones de otros periodos del año. 

Gracias a una cuidadosa planificación, al diseño de un programa de producción y comercialización, además de la puesta en marcha de una campaña de imagen y la creación de una marca, nació el programa de sandías sin pepitas Bouquet. 

En el año 1992 arrancó la comercialización en Europa de la primera variedad del programa, la “Roja de Corazones”: de carne roja, crujiente y dulce, se diferenciaba de la sandía tradicional por su corteza rayada.  

Anecoop fue, pues, la pionera en introducir en el mercado europeo esta fruta tan novedosa. Una innovación que supuso un antes y un después para la sandía. De las 5.500 toneladas comercializadas en 1993 en nueve países, Anecoop y sus socios han pasado a vender más de 148.000 toneladas en 27 países. 

De un solo tipo de sandía, la roja rayada, ha pasado a disponer de una gama que incluye la rayada de carne amarilla, la mini y la negra de carne roja, tanto en cultivo convencional como Bio. 

Y es que la realidad de la fruta estrella del verano, cambió para siempre hace 30 años y con ello, el atractivo y las posibilidades de su disfrute en toda Europa, constituyendo para Anecoop una de sus líneas de trabajo más importantes en su misión de dar Raciones de Vida para el Campo, reconociendo el papel de la agricultura española.