El Consell ha respaldado el proyecto para la primera planta de paneles solares de España con una ayuda de 362.215 euros. La iniciativa está impulsada por el presidente de la patronal valenciana de energías renovables, Marcos J. Lacruz, y se llama Silicon Valen. El objetivo del proyecto, como adelantó Levante-EMV, es acabar con la dependencia y supremacía de China en el mercado de paneles solares y relocalizar, así, la industria fotovoltaica.

La subvención va destinada a la primera fase del proceso de producción de energía fotovoltaica, que empezará en 2023: el enriquecimiento de silicio, paso previo imprescindible para lograr la fabricación de paneles y generar energía. Además de la purificación del silicio, los siguientes procesos serán la fabricación de células y módulos fotovoltaicos. El enriquecimiento de silicio es el origen de toda la cadena solar fotovoltaica. Si este proceso no existe en España, hay una dependencia directa de China. El proceso necesita mucha energía y hacerlo en España es una oportunidad que no tiene competencia, ya que nuestro país dispone de mucha energía solar. Vallada, Llíria o Elx son algunas de las localidades que podrían acoger esta planta.

El proyecto arranca con una inversión inicial de seis millones de euros de capital privado. La empresa Silicon Valen la han constituido la familia Navarro (propietaria de la desaparecida firma de placas Siliken), el desarrollador de parques fotovoltaicos Manuel Argüelles y la firma de Marcos J. Lacruz, NRG Investment (promotora de parques fotovoltaicos y eólicos). Siliken fue un grupo valenciano de empresas dedicado al desarrollo de soluciones aplicables al sector de las energías renovables, con presencia en España, Estados Unidos, Italia, Francia, y Alemania, que llegó a tener 1.500 trabajadores y que sucumbió como consecuencia de la crisis financiera de 2008. La empresa de la familia Navarro invirtió 80 millones en una fábrica de desarrollo de silicio para las placas y Lacruz quiere aprovechar ahora su conocimiento del sector.

10 años

Europa se quedó hace 10 años sin fábricas de módulos fotovoltaicos por la competencia de las firmas chinas. Carlos y Antonio Navarro lamentan que Alemania vendió la tecnología a los fabricantes asiáticos y China aprovechó la oportunidad para financiar con dinero público a las empresas, que se quedaron con el 95 % del mercado mundial. Es una situación similar a la que ha pasado con la fabricación de microchips o la de baterías de coches eléctricos. La Unión Europea quiere revertir esta situación e impulsa con ayudas públicas el desarrollo de plantas de baterías (como la de Sagunt) y de microchips. Bruselas también quiere incentivar proyectos como el de Silicon Valen.

Marcos J. Lacruz incide en que el conflicto de Ucrania ha puesto de manifiesto la importancia de no depender de países como China en el contexto actual de despliegue de renovables. «España tenía una industria muy potente de fabricación de módulos en 2008, que desapareció», lamenta.

Manuel Argüelles apunta que en España hacen falta 5 millones de módulos fotovoltaicos al año para hacer frente al actual despliegue de parques renovables. «En el último año, el precio de los módulos ha subido un 50 % por la demanda china. No podemos seguir con esa dependencia», advierte.

La primera fábrica de Silicon Valen contará con una plantilla de 50 trabajadores y todavía no se ha desvelado su ubicación, El objetivo de la empresa es montar a medio plazo otras tres fábricas para cubrir toda la cadena de valor. «La idea es montar las cuatro fábricas en Valencia. Necesitamos 72.000 metros cuadrados de suelo. Calculamos que cuando estén en marcha daremos empleo a 1.200 trabajadores, la mitad de cualificación muy alta como ingenieros y programadores», precisa Gonzalo Navarro.

Comet Ingenería

Por otro lado, la Generalitat ha concedido una segunda ayuda para impulsar el cluster espacial valenciano. La empresa encargada de este segundo proyecto es una abanderada del sector, Comet Ingeniería S.L. y va a recibir 256.160,70 euros. Fundada en 2007 y produce ingeniería mecánica para sectores como la aeronáutica, el espacio, la energía, el ferrocarril, la industria, el sector naval y defensa. Con un equipo de 25 ingenieros, serán los encargados de crear, en el aeropuerto de Castelló, una oficina de diseño y otra de producción aeronáutica. Además, contará con habilitación por la Agencia Europea de Seguridad Aérea para la producción de piezas aeronáuticas y pondrá en marcha de un taller de investigación y desarrollo de estructuras espaciales.