Ponerse tras el mostrador en tiempos de Instagram

Frente al relato pesimista que dibuja un sector ‘envejecido y en retroceso’, cada vez más jóvenes vuelven al comercio de barrio: nuevos perfiles, con nuevas tendencias, para nuevos públicos

Laura de la Torre, en su nueva tienda de Patraix

Laura de la Torre, en su nueva tienda de Patraix / Francisco Calabuig

J.L.G.

Se ha convertido en un género periodístico propio de las grandes ciudades atestadas de turistas, en transición hacia una modernidad líquida. Cada semana, un comercio entrañable cierra por jubilación, por fuga de la clientela o por presión de los alquileres al alza. El relato en sepia transpira pesimismo y melancolía: "Ya no quedan tiendas de toda la vida".

Es una sensación que gana espacio, pero la realidad también va por otro lado. Frente al cliché del sector que languidece por falta de inteligencia adaptativa y devorado por los gigantes del comercio físico y on line, el comercio tradicional también tiene historias en color que contar: de relevo generacional, de reinvención, de adaptación a las nuevas tendencias. Más allá de franquicias y de tiendas orientadas al cliente de paso, el comercio se abre paso.

Laura de la Torre, 34 años

«Cada día se inician proyectos atractivos y no se les da visibilidad. Contar las historias ayuda al pequeño comercio a crecer y que en un futuro pueda generar empleo», explica Laura de la Torre, que hace menos de cien días abrió en Patraix la tienda de moda, juguetes y complementos infantiles «Serendipia».

Lo suyo ha sido un cambio de rumbo de 180 grados -y quizá dibuja un nuevo perfil generacional y formativo de los comerciantes de 2023-. Licenciada en ADE y Derecho, Laura había orientado su carrera hacia la Justicia, sector al que opositaba. Sin embargo, unos problemas de salud le hicieron replantearse su vida y, ahora, a los 34, ha proyectado    

un futuro de autoempleo con la materia prima de una pasión anterior: la moda y el diseño para niños.

«Siempre me han interesado el mundo artístico y la infancia, el diseño de productos, y al ver que en el barrio, en Patraix, no había nada de moda infantil, empiezo el proyecto», cuenta a Levante-EMV. «El comienzo está siendo bueno. La gente me dice que prefiere quedarse aquí que irse al centro. Es un trato que no tienes en las grandes superficies. Volver al barrio. Sentirte en casa, con alguien que se preocupa porque te siente bien», reivindica sobre el comercio de proximidad esta integrante de la Asociación Jesús-Patraix.

La digitalización en marcha

Los nuevos comercios llevan también incorporadas de serie nuevas dinámicas. En su caso, es una actividad intensa en redes sociales y venta online para acercarse al público actual. El comercio de proximidad, poco a poco, va incorporándose a este proceso irreversible. 

Según el último informe de la distribución comercial minorista en la Comunitat Valenciana en 2023 de Pateco, una tercera parte de las empresas está planificando o ejecutando algún tipo de estrategia de digitalización; una de cada cuatro empresas (de 10 o más empleados) vende de manera electrónica, aunque la incorporación de personal especializado en TIC es todavía muy baja en micropymes de menos de diez empleados.

Ramón Sanfelix, 31 años

Desde el área metropolitana de Valencia, Ramón Sanfélix es un buen ejemplo de este salto innovador del comercio de toda la vida. Tras estudiar Gestión y Administración Pública en la UPV (y aprobar una oposición a policía local) este joven acabó asumiendo un negocio que está en la familia desde su bisabuelo. Pero «Ramón y Carmen», una carnicería de Museros de siempre, es ahora al mismo tiempo «HealthyMeat», una marca con la que están consiguiendo vender on line producto fresco en toda España y han conseguido posicionarse como la mejor carne de hamburguesa del país en el concurso nacional que se celebró este verano en el Ciutat de València.

Ramón Sanfélix

Ramón Sanfélix / Levante-EMV

En su caso, la renovación fue tecnológica, posicionándose en redes sociales y web, pero también de producto, apostando por la elaboración de productos saludables que producía para sí mismo, bajos en grasa, en sal, sin conservantes añadidos. «Vi la oportunidad de seguir en el comercio local, pero teniendo en cuenta las necesidades de la juventud y la necesaria renovación de la clientela para ampliar el abanico», explica. Ahora ofrece el producto y el trato de toda la vida en su carnicería, pero también nuevos productos y nuevos canales que amplían su mercado, cuenta este asociado al Gremi de Carnissers.

«Cuando tienes un producto fuerte, de elaboración propia, tienes que explotarlo, apostar por él», explica Ramón, al tiempo que anima a los jóvenes a apostar por el comercio local. «Aplicando sentido común y las nuevas tendencias en el comercio local se puede avanzar mucho», concluye el joven comerciante.