El presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Productos Cerámicos (Ascer), Vicente Nomdedeu, hizo ayer balance del sector en este 2023, que ha mantenido las líneas negativas iniciadas a finales del 2021, con el incremento de los costes energéticos, a los que han seguido las guerras en Ucrania y Oriente Próximo, el incremento de la inflación o la caída de la demanda, especialmente en el exterior, y focalizada en el mercado europeo.

«Todos los datos son negativos», mencionó Nomdedeu. El año concluirá con un descenso de la facturación de entre el 15 y el 17%, con un resultado de 4.652 millones de euros. La peor parte se llevan las exportaciones, con un descenso del 15 al 17% (3.589 millones); mientras que el mercado nacional cae menos, del 11 al 13%, con una facturación de 1.113 millones. En cuanto a la producción en volumen, tal y como ya avanzó Mediterráneo a principios de octubre, se han fabricado 400 millones de metros cuadrados, un 20% menos que en el 2023, y muy lejos del récord de 587 millones alcanzados en el 2021. El secretario general de Ascer, Alberto Echavarría, detalló que hay que remontarse a los inicios de la década pasada para cifras tan bajas. En el 2012 fue de 404 millones, y en el 2011 se contabilizaron 392.

Objetivos del sector

Para hacer frente a este estancamiento, desde Ascer se han marcado una serie de objetivos encaminados a mejorar la competitividad. Nomdedeu detalló la necesidad de incrementar la presión ante la Unión Europea, con el argumento de que el poder de decisión sobre lo que afecta a la cerámica «se cuece en Bruselas». El foco está puesto en las diferencias existentes entre los productores europeos, con unas medidas medioambientales y laborales muy estrictas, pero que luego no se reclaman para las importaciones de competidores cada vez más potentes, como India. Para ello, se quieren impulsar procedimientos de defensa a fin de equilibrar las reglas del juego. Desde este año funciona una normativa ‘antidumping’, que en el caso de Turquía ha tenido un efecto positivo, pero que en India no ha supuesto un freno a la llegada de sus productos.

Uno de los vicepresidentes de Ascer, Ismael García Peris, detalló el impulso a la promoción, poniendo de manifiesto su calidad y su cumplimiento con los valores medioambientales y de ética laboral. «Nos damos por verdes, pero luego hay quien consume productos que no cumplen», comentó. El presidente de la patronal añadió que se tiene que hacer ver al cliente «que no podemos predicar con una cosa y luego hacer otra: nosotros pasamos auditorías medioambientales, y luego vienen otros sin barrera alguna», incidió.