El desatasco judicial promete abrir una dura pugna por las parcelas pendientes de la ZAL

Navarro ve «muy atractivos» estos terrenos y aventura que serán foco de interés a corto plazo para consignatarios y operadores logísticos

Cartel anunciador de las obras de la ZAL del Puerto de València.

Cartel anunciador de las obras de la ZAL del Puerto de València. / Fernando Bustamante

La decisión del Tribunal Supremo de avalar –afirmando que el Plan se hizo conforme a Derecho– la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del Puerto de València ha desatascado la puesta en marcha de un espacio preferencial para la logística en la provincia y, por encima de todo, ha puesto de nuevo en el foco un área –más que atractiva por su localización y conexiones– llamada a despertar de manera inmediata –especialmente en un contexto como el actual marcado por la escasez de suelo logístico– la atracción de nuevas inversiones para aquellas parcelas que aún no se han adjudicado.

Porque a día de hoy, de las nueve manzanas logísticas de las que se compone esta actuación clave –como sucede en otros puertos de la competencia como Barcelona o Tánger, entre otros, que sí las tienen–, solo cuatro tienen dueño.

Son las que VPI Logística –firma participada por la Autoridad Portuaria de València en un 98,4 %– otorgó en 2020 a Raminatrans, QA-Pimba y al grupo MSC, una de ellas a su brazo logístico Medlog y la otra a MSC España. Justamente, de ellas, la de Medlog –que prevé la inversión más fuerte de las cuatro, con 35,76 millones de euros para la instalación de una nave logística– recibió esta pasada semana la licencia de obras por parte del Ayuntamiento de València.

Parcelas señaladas

Pero son las cinco pendientes de adjudicar las que tras el fallo judicial cobrarán mayor relevancia al ser objeto –casi con total seguridad– de una dura pugna de aspirantes a las mismas en los próximos meses. Eso sí, con caminos diferentes por recorrer para su asignación. El más sencillo lo tienen tres de ellas, que ya están en manos de VPI Logística, la cual en numerosas ocasiones ha manifestado su intención de comercializarlas, una decisión que podría tomar en el corto plazo tras el desbloqueo judicial. Las otras dos manzanas, aún propiedad de la Entidad Pública Empresarial de Suelo (SEPES), han sido señaladas ya en el pasado como objeto de deseo para la APV, una voluntad que en el contexto actual tendría sentido que se retomaran.

Sobre todo porque, como señala el presidente de la patronal CEV, Salvador Navarro, son terrenos «muy atractivos» que dada su localización en el mismo recinto del Grau permiten «abaratar costes» y, sobre todo, abrirse a una vía ferroviaria como la que ofrece la conexión con un centro logístico intermodal como el de València-Font de Sant Lluís.

Dados estos atractivos y la falta de suelo logístico, Navarro tiene claro que las parcelas sin adjudicar de la ZAL son «una inversión apetecible» para consignatarios y operadores logísticos en todo su conjunto, que cree que van a apostar por ellas «a corto plazo». En esta visión, el dirigente empresarial insiste en que no solo atraerá el interés de firmas que se encuentran radicadas en Valencia, sino también en otras áreas de España.

«Efecto llamada»

En este interés, además, Navarro avanza que decisiones como la inversión que ya ha previsto el grupo MSC –entre ambas parcelas está previsto que destine alrededor de 56 millones de euros– va a servir como un «efecto llamada» que replicará la situación que se ha dado en otros entornos destacados como el de Parc Sagunt. Y es que, como valora el dirigente empresarial, la Comunitat Valenciana tiene que seguir siendo «eminentemente industrial» y, para lograrlo, es necesario que «seamos una autonomía logística que sirva para dar servicio a esa industria».

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