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Consumo luego existo

Importancia en cambio

Están estos tiempos digitales mutando nuestra forma de ser como consumidores, y con ello mareando a unos y abriendo nuevas ventanas a otros en la parte opuesta del escenario del consumo. Las diferentes formas de observar y actuar ante el cambio marcan la brecha entre empresas y marcas que prefieren afianzar su posición estática frente a otras que optan por fluir al son de una tipología de público objetivo que avanza hacia lo desconocido. Dejar el barco, grande y lustroso, anclado en la calma del puerto, frente a lanzarse a navegar en la marea en busca de otros mares y tierras. Los movimientos y posiciones de unos y otros se dejan notar en las formas de comunicarse y relacionarse con sus consumidores.

Son planteamientos de actualidad permanente, que nacen y se recorren en el día a día dentro de departamentos de marketing y que en semanas como esta se dejan intuir en dos caminos con pocos puntos de contacto pero con actualidad en ambos términos. En un extremo, el ejemplo de la semana congrega a las empresas azulejeras más importantes del mundo, muchas de ellas valencianas, que se dan cita un año más en Cevisama, en un nuevo intento de mostrar su mejor versión que les permita llevarse el gato al agua en cuanto a contactos y acuerdos. En el otro encontramos a empresas que no dejan de plantearse nuevas vías de captar el interés más allá del lugar donde se sienten fuertes y aprovechar las sinergias de medios de comunicación en los que los usuarios se sienten dueños. En esta última vía, mención especial para el cómico Eugeni Alemany, que con su #PaellaEmoticon va camino de una aventura memorable hacia EE UU de la mano de Arroz La Fallera, con un objetivo de vida y sentido tan reciente que debe hacernos reflexionar en torno al criterio de la importancia en cambio: conseguir un emoticono para la paella en aplicaciones web y de mensajería instantánea.

Tal vez sean tiempos ya donde se premia a las marcas que miran a la innovación, la creatividad, el descaro, incluso la huida radical de planteamientos tradicionales que no coinciden con el cambio permanente que el consumidor experimenta Cambios que le han llevado a crear medios de comunicación y obligar a las marcas a postrarse en ellos a un nuevo estilo de relación en público. Cambios que le han convertido en más sensible, menos comprensivo, más directo y claro, y con necesidad de respuestas concretas y acciones aún más visibles. Este estilo de consumidor en el que nos estamos convirtiendo censura duramente comportamientos de marcas y empresas pero también supone un panorama virgen para aquellas que son capaces de orientar con creatividad y responsabilidad sus actos al mercado, aprovechando la comunicación y publicidad para darlos a conocer. Porque, en efecto, nuestra vertiente como consumidores está cambiando al hilo del impacto digital y tecnológico. Ya no esperamos a encontrarnos con alguien para contarle el problema que hemos tenido con tal o cual empresa, ni mandamos tampoco una carta de agradecimiento a aquella otra que nos trató bien; se lo decimos en las redes, o mejor aún, se lo decimos a otros en las redes. Ya no queremos que las marcas nos atiborren de razones; queremos hechos. Ya no nos gustan las marcas que quieren vendernos. La tecnología como base, internet como medio y las plataformas 2.0 como canal han provocado en nosotros un cambio de posiciones, porque ahora por fin sabemos que quienes mandamos en el mercado somoslos que consumimos. Queremos marcas que trabajen por nosotros, ue se comporten con nosotros de forma humana.

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