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Reportaje

Toda una vida entre pollos

Cumplidos los 75 años Félix cesa en varios cargos institucionales pero dice que seguirá cotizando a la Seguridad Social porque es empresario: su vocación eterna

Toda una vida entre pollos

No ha sido una decisión fácil pero ha tenido que tomarla. Federico Félix Real (Foios, 1944) suelta lastre. Anuncia su retirada de cargos institucionales al dejar la presidencia de la patronal española Propollo. Dice que cumple un «compromiso familiar» tras soplar recientemente las 75 velitas en su tarta de cumpleaños. El empresario con larga trayectoria profesional en la actividad avícola, cuya organización ha gobernado durante casi tres décadas, hombre de principios y costumbres fijas para mantenerse en forma física, solía dar vueltas andando e incluso correteando ataviado con chaqueta y corbata alrededor de la Gran Place de Bruselas durante sus repetidas estancias en la capital burocrática del viejo continente para defender los intereses del sector ante funcionarios y altos cargos de la UE. «Ya no estoy para tanto trote y viajar mucho a Madrid. Hay que dar paso a savia nueva y a nuevos dirigentes», explica el conocido empresario desde su céntrico despacho en València. Allí mantiene el domicilio social de sus mercantiles y negocios familiares: helados, manantiales de agua, inmobiliarias, cítricos...

Por eso Félix afirma que seguirá cotizando a las arcas públicas de la Seguridad Social tal como ha venido realizando durante los últimos 55 años, si bien ha decidido dejar de lado los cargos orgánicos en la junta directiva de Propollo. La semana pasada esta interprofesional designó un nuevo presidente, Antonio Sánchez, máximo mandatario de las grandes empresas del sector en España, Uvesa. Además, el todavía máximo mandatario de la Federación Agroalimentaria de la Comunitat Valenciana (Fedacova), abandona Grupo Sada, donde ha sido miembro del consejo de administración. «Mi mujer (María José Lavech) y mis hijas María José, Carolina y Aurora lo han agradecido», puntualiza.

Desde el jardín de su casa palaciega en el ensanche de la capital del Túria, rodeado de plantas, un limonero y un naranjo variedad Imperial, sujeta un pollo ya envasado y listo para cocinar. Lo mira como si fuera un hijo suyo. Lo adora con su tierna mirada y parece decir adiós a toda una vida dedicada al negocio de las aves de corral y, en estos últimos tiempos, al frente de la patronal española. Entre 2012 y 2014 lo fue de la europea AVEC. Cuenta el cofundador de la interprofesional avícola -un negocio que mueve 1.800 millones de euros cada ejercicio, produce algo más de un 11 millones de animales por semana y genera 60.000 empleos directos e indirectos que colocan a España en el segundo puesto del ranking de Europa- que durante los últimos veinticinco años ha defendido a «capa y espada» los intereses de todas las empresas. Hace cuentas. Garantiza que ha llegado a entrevistarse con doce ministros del Gobierno de España; desde el socialista Carlos Romero, pasando por el popular Arias Cañete o Rodrigo Rato, hasta llegar al actual responsable de Agricultura, Luis Planas. Se siente orgulloso por haber sido capaz de aunar en una sola organización patronal las cuatro entidades que existían cuando tomó las riendas de esta actividad a principios de los noventa a través de la Asociación Nacional de Productores de Pollos (ANPP). Su capacidad para negociar y generar consenso le llevó a poner en marcha Propollo en tan sólo dos primaveras congregando así al 92 % de las empresas españolas de un mismo sector. «Una tarea que muy pocas patronales consiguen en España», apunta Félix.

«Contribuir al Estado de Bienestar»

Atrás quedan etapas de conflictos como las alarmas mundiales por la aparición del virus de la gripe aviar (detectada por primera vez en China), cuando tuvo que superar una caída del consumo del 60 % de la carne de pollo en España tras un brote que «afortunadamente» pasó de largo. Más recientemente ha capeado la de crisis del fipronil, un pesticida prohibido que contaminó granjas de media Europa. También ha vivido muy de cerca la transposición de la Directiva Europa de Bienestar Animal. «¡Ya no quedan gallinas y pollos en jaulas! Las empresas han invertido millonadas de dinero para adaptarse a la normativa exigida por la Unión Europea», resalta Félix. «Con un pollo de 2,1 kilogramos de peso y que cuesta sólo 5,15 euros en las tiendas se puede alimentar una familia de seis miembros. Eso es contribuir al Estado de Bienestar, ¿no?», se pregunta el empresario.

Jugador de fútbol combativo y aficionado a las motos en épocas juveniles transcurridos en su localidad natal de l'Horta Nord, Félix echa la vista atrás y todavía piensa en el almacén de ultramarinos y ventas al por mayor de alimentos de Foios, donde cargaba a sus espaldas sacos de azúcar de 60 kilogramos. Rememora los comienzos en el negocio avícola gracias a la colaboración de su tío, con experiencia en el mercado avícola de Reus. O los años de montaje de almacenes de piensos en Almenara y de mataderos de aves en Sueca. «Algún consejo incluso recibí de don Luis Suñer», el que fuera dueño de la extinta firma de helados Avidesa y también vinculado al negocios de aves. Entonces, junto con su socio José Martínez, puso en marcha Jomarsa. Una mercantil que vendió «cuando llegó la globalización» y desembarcaron en España grandes multinacionales como la holandesa Nutreco, en la actualidad propietaria de sus antiguos negocios. «Hay que saber retirarse a tiempo y hacer caso a los consejos de profesionales y de la familia», explica este proveedor de grandes cadenas de la distribución como Mercadona y Consum. Del ámbito avícola conserva en su baúl de los recuerdos otra etapa gloriosa que protagonizó en la intrigas del poder político: El Pacto del Pollo, que dio lugar al primer gobierno de PP y Unión Valenciana en 1995. Se llamó así porque dicho acuerdo se forjó en el despacho de la patronal agroalimentaria de Félix.

¿Y ahora qué? Afirma que se siente orgulloso de la cesión de negocios familiares a la segunda generación. Mantiene la presidencia de Aguas de Chóvar, manantial que embotella 130 millones de litros anuales y de la que es presidente. Helados Estiu está en manos de su hija María José. Reconoce que preparará «en 2019 o 2020» su salida de la Federación Agroalimentaria, aunque no así de la Fundación ProAVE. Considera que «la defensa del corredor mediterráneo, como lo fue la A-3 y el tren de alta velocidad, es clave para los intereses del presente y futuro de la economía valenciana. Ahí debo estar». Federico Félix en su esencia. Genio y figura. Continúa volando más alto que un ave de corral.

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