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La energía del sol baja al suelo

Los paneles fotovoltaicos son protagonistas en el futuro de las ‘smart cities’

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El grupo empresarial Sorigué ha desarrollado un pavimento fotovoltaico que capta la luz solar y la transforma en energía eléctrica. Se trata de una superficie modular que consta de una placa fotovoltaica recubierta de un vidrio resistente y antideslizante con apariencia de adoquines urbanos sobre la que se puede caminar e incluso circular con vehículos. El pavimento, que está fabricado con vidrio y plástico reciclado, se ha desarrollado siguiendo criterios de sostenibilidad y se puede integrar en el espacio urbano sin necesidad de crear ninguna estructura específica. 

El pavimento de Sorigué es un ejemplo de la revolución que vive el sector de la construcción, cuyas empresas aventajadas se adentran cada vez más en la tecnología, los servicios y los equipos de desarrollo. Los nuevos materiales y las técnicas cambian y es necesario adaptarse. Sorigué es un grupo empresarial fundado en 1954 especializado en el desarrollo de soluciones para la construcción, los servicios, los materiales y la tecnología e ingeniería del agua. La firma cuenta con más de 20 sociedades y 3.800 trabajadores en plantilla. El segundo grupo constructor de capital catalán capeó el año de pandemia con un incremento de los ingresos hasta superar los 600 millones, casi un 7% más, y un resultado atribuido de 6,9 millones, un 5% menos.

El pavimento desarrollado por Sorigué, actualmente en fase de prueba piloto en la ciudad de Barcelona, está distribuido con módulos que -en su fase de demostración- ocupan una superficie total de 50 metros cuadrados. Esta superficie puede generar 7.560 kWh / año, el equivalente al consumo energético de tres hogares catalanes durante el año. De este modo, se genera energía limpia y se ahorran 2.722 kg de emisiones de dióxido de carbono al año. El proyecto va destinado sobre todo a corporaciones municipales y entes locales para que se puede colocar en aceras y calles urbanas, pero también en edificios y zonas residenciales.

Según Joan Pons, director de Innovación de Sorigué, «para desarrollar este pavimento hemos aprovechado elementos que ya existen en el entorno urbano para convertirlos en generadores de energía, aplicando criterios de sostenibilidad, eficiencia energética y bajo impacto ambiental». Pons añade que «la inversión de este tipo de soluciones urbanas podría recuperarse en unos 5 años, teniendo la instalación una vida útil superior a los 20 años». El directivo explica que «para desarrollar este pavimento se ha contado con el talento y la creatividad de la ‘start-up’ húngara Platio. Esta colaboración ha sido muy enriquecedora para las dos partes y ha generado intercambio de conocimiento, trabajo en equipo y nuevas sinergias empresariales».

La compañía, con sede en Lleida, está trabajando en dos proyectos más para encontrar nuevos sistemas de generación de energía eléctrica en pavimentos, carreteras y otras mezclas asfálticas. Los pavimentos fotovoltaicos son uno de los exponentes de las llamadas ‘smart cities’ o ciudades inteligentes, que se esfuerzan en encontrar una integración óptima de las últimas tecnologías en la vida cotidiana. 

Para Pons, «aunque las empresas de la construcción han sido típicamente bastante conservadoras a la hora de desarrollar proyectos de I+D, la aparición de nuevas tecnologías y materiales ha acelerado el ritmo de desarrollo de proyectos». En los últimos meses se percibe un avance significativo en la utilización de herramientas que automatizan determinados procesos, en construcción modular e industrial para incrementar la eficiencia en las obras de edificación (menores tiempos de ejecución, mayores calidades, y reducción de residuos), o el uso de madera para la construcción de edificios. Además, la digitalización ha contribuido también a ordenar un sector con proyectos de ingeniería muy complejos y especializados. 

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