"Solo hay una forma de educar para el futuro: dotar de un alma fuerte a los niños y niñas potenciando la seguridad y la confianza en ellos mismos". El argumento lo esgrime Luis Galindo, responsable de la sexta ponencia virtual del ciclo Gestionando Hijos, la programación de charlas y coloquios virtuales que organiza Prensa Ibérica en València a lo largo de este mes para madres, padres y docentes. El escritor, referente motivacional en todo el mundo, defiende que la «ilusión por educar es clave para formar a los hijos», por eso subraya que progenitores y profesorado deben complementarse, ir de la mano.

El experto en liderazgo utiliza la pandemia que afecta al planeta para introducir en la ecuación los entornos VUCA (acrónimo anglosajón que responde las siglas de volatilidad, incertidumbre –«uncertainty»–, complejidad y ambigüedad), una combinación de cualidades que, en conjunto, reflejan la naturaleza de algunas condiciones y situaciones difíciles en las que, en algunos momentos de la vida, está obligado a encarar el ser humano. Para lograr que los menores reciban la educación que les ayude a crecer en estos entornos VUCA hay que conjugar dos variables: cariño y valoración.

"Las emociones se contagian, no se puede educar en ‘modo automático’, debe ser en ‘modo disfrute’"

Luis Galindo - Escritor, divulgador y experto en liderazgo

«La mayoría de factores que contribuyen a sacar lo mejor de las personas son de tipo emocional: confianza, refuerzo positivo, motivación para hacer cosas, pasión por hacerlas...», recuerda el divulgador zaragozano, que advierte que predicar con el ejemplo es el camino más corto para lograr inculcar algo. «El mejor discurso es el ejemplo. Explicar algo cuando uno hace lo contrario, o no lo hace, es contraproducente. Cuando se incurre en esa incoherencia, el menor deja de creer en el tutor», avisa.

Transformación personal

Luis Galindo está convencido de que las emociones son contagiosas, que para transmitir ilusión por algo hay que ilusionarse, que no se puede educar en lo que él denomina «modo automático», sino que debe hacerse en «modo disfrute». Se trata de valorar los aspectos positivos sin incurrir en la «ñoñería», admite el escritor, crítico con la deriva simplista de muchas charlas motivacionales en la actualidad.

«La gente corriente se siente pequeña cuando alguien le dice que tiene que transformarse y que, además, va a ser capaz de hacerlo solo por escuchar a una charla o leerse un libro. Eso no pasa así. Yo siempre recomiendo a la gente, para transformarse, que vuelva a ser la persona que fue en los mejores momentos de su vida porque todos los hemos tenido alguna vez y sabemos cómo nos sentimos, cómo llegamos hasta ellos. Todos tenemos momentos brillantes. Hay que recuperar esa emoción para educar a nuestros hijos en modo disfrute», reitera.

Galindo da pautas para lograr contagiar a los menores la ilusión de padres y educadores. Se puede conseguir con:

■ La voz. El tono con el que se cuenten las cosas incide en el grado de atención del receptor y en el interés que despertamos en él.

■ Dando alas a nuestros hijos, no cortándoselas, acompañándoles en su vuelo.

■ Yendo de la mano profesores y padres, complementando lo que se aprende en casa

y lo que se enseña en la escuela.

■ Siendo un optimista inteligente, que no es la persona que decide no ver los problemas o pasar por encima de ellos negándolo, sino la que los encara sabiendo reconocer los aspectos favorables que, a pesar del revés, le rodean en su día a día.

Referente mundial en formación de liderazgo empresarial, Luis Galindo deja un mensaje claro durante el multitudinario chat posterior a su charla con los inscritos al seminario digital: «las circunstancias no se eligen, pero la forma de afrontarlas, sí».