El Ayuntamiento de Llíria creó, en 2016, el Premio «Grattia Maximilla», una distinción que reconoce la labor de mujeres que, desde diferentes ámbitos, han contribuido a deshacer las barreras que provocan disparidad de género. Este galardón, que se entrega de forma anual con motivo del Día Internacional de la Mujer, debe su nombre a una ciudadana de la Llíria romana, reconocida por sus coetáneos como una mujer importante y de firmes valores en la sociedad de su época.

Este año, debido a las circunstancias sanitarias, el Ayuntamiento de Llíria ha variado mínimamente el formato para realizar un homenaje a la labor del colectivo femenino que formó parte del sector industrial durante el siglo XX y que también ha sido protagonista de la Agenda por la Igualdad de Género que edita el Ayuntamiento. 

En concreto, se reconocerá de forma póstuma a las mujeres de la Fábrica de Ríos, que hicieron la que es considerada como la primera huelga de mujeres documentada en la Comunitat Valenciana, datada el 2 de junio de 1943. Las promotoras de esta movilización histórica, en unos tiempos donde las huelgas estaban prohibidas por ley, fueron cuatro mujeres: Dolores Veses Castellano, Remedios Vinaixa Fabra, Carmen Bayarri Peñarrocha y Dolores Villar Fombuena.

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En la primera edición Premio «Grattia Maximilla» se reconoció la trayectoria profesional en el mundo de la música de Mª Lluisa Llopis, que logró una plaza en la Orquesta de Valencia con solo 20 años y fue una de las primeras mujeres que formó parte de la Banda Primitiva de Llíria. Como docente, contribuyó en la formación de muchos músicos de la localidad que acabaron convirtiéndose en profesionales.

En 2017 se premió la labor de las mujeres en el ámbito de la salud a través de Isabel Asensi, que durante cerca de 40 años ejerció como médica de cabecera en el Centro de Salud de Llíria. Isabel también mostró siempre su compromiso con el municipio, prueba de ello es su trayectoria como concejala del Ayuntamiento entre 1987 y 1991.

El mundo del deporte fue el protagonista en la tercera edición, a través de Mónica Merenciano, un auténtico ejemplo de superación. A la discriminación de género se añade su diversidad funcional, al sufrir una retinosis pigmentaria desde los 11 años, y la práctica de un deporte minoritario como el judo. Mónica cuenta con una brillante trayectoria con 3 bronces en los juegos paralímpicos de Atenas, Pekín y Londres, así como diferentes medallas en campeonatos mundiales y europeos.

La cuarta edición reconoció las aportaciones de la mujer al sector agrícola. La galardonada fue Concepción Martín, una mujer con una firme vocación por el mundo de la agricultura, más allá de su dedicación profesional. Concepción llegó a desempeñar múltiples funciones en el campo: tareas de producción, manejo de vehículos agrícolas o la renovación del sistema de venta de los productos. 

Por último, el galardón de 2020 se entregó a Rosalía Rosique, una auténtica pionera dentro del comercio local. Rosalía nació en Barcelona, pero en 1965 se trasladó a Llíria, donde inauguró una mercería que posteriormente amplió a un local de venta de ropa para bebés. En unos tiempos nada sencillos para las mujeres comerciantes, Rosalía logró consolidar su tienda como un comercio querido y apreciado en la localidad.