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Rivera: de liderar el centro a tumbar al PP para asaltar el cielo de la derecha

Ciudadanos se enfrenta a la misma tentación que Pablo Iglesias en 2015: renunciar al poder para liderar su bloque ideológico - La cercanía al sorpasso y la inminencia de otros comicios con Casado noqueado afianza esa estrategia

Rivera: de liderar el centro a tumbar al PP para asaltar el cielo de la derecha

Si había quedado alguna duda durante los debates electorales respecto al cordón sanitario de Albert Rivera al PSOE, los resultados del 28A no hacen otra cosa que ratificar el éxito de su estrategia, y acelerar el indisimulado objetivo de Ciudadanos: liquidar al PP y sustituirlo como nuevo partido hegemónico del centro derecha español.

El superdomingo deja al PSOE posibilidades de gobierno mirando a izquierda (en alianza o en minoría) o derecha. Parece que la campaña de las autonómicas, municipales y europeas del 26 de mayo va a aplazar cualquier decisión, pero la opción más sólida, aritméticamente, es el pacto PSOE-Cs.

Nadie va a alimentar esa posibilidad ahora: «¿Hay algún español que piense que Sánchez no tiene ya el Gobierno amarrado con Iglesias y los nacionalistas?», insistía el lunes Inés Arrimadas. Rivera se distanciaba ayer hasta del Ibex35: «Han votado los españoles, no la [patronal] CEOE ni los bancos», dijo espantando cualquier posible acuerdo con Sánchez, muy deseado por los poderes económicos anhelantes de estabilidad.

La opción de renunciar a gobernar y tratar de 'rematar' al PP para sustituirlo es demasiado tentadora. De algún modo, recuerda al dilema y la decisión que tomó Podemos en 2016. Tras las elecciones del 20 de diciembre de 2015, Iglesias pudo tocar poder. Se planteó un acuerdo PSOE-Ciudadanos-Podemos con mayoría parlamentaria. Iglesias, que había mantenido una actitud condescendiente con Sánchez («La posibilidad de que Sánchez sea presidente es una sonrisa del destino que podría agradecer», llegó a decirle), delegó la decisión en sus bases para que la tumbaran y decidió esperar la descomposición socialista para asaltar el trono de la socialdemocracia. Hoy su partido está mucho más lejos del cielo.

Ciudadanos, en realidad, lo tiene más fácil. Se ha quedado realmente cerca del sorpasso al PP, apenas 220.000 votos en toda España, y en menos de un mes tiene una segunda vuelta del 28A, donde además de superarle en votos podría arrebatarle autonomías como Madrid y hacerse con capitales como València, donde Rivera ya ha superado a Pablo Casado.

«Se ven muy cerca del PP, que está en caída libre. La estrategia de no pactar con Sánchez, de defender el cordón sanitario por su política con Cataluña, le ha ido bien. Se le criticaba por la radicalización pero han acertado. Y se mantendrán en esa línea, ganar todo el terreno al PP», observa Blanca Nicasio Varea, profesora de Ciencia Política de la universidad UCH-CEU.

Sobre la comparación con la situación de Podemos en 2015, apunta una diferencia notable: el PSOE ha tenido tiempo para reorganizarse tras la debacle. El PP, por contra, no puede reestructurarse ni buscar nuevos liderazgos antes del 26M. «Cs debe aprovechar estas elecciones para seguir en esa estrategia», apunta. Es su momento.

Está por ver, en todo caso, cómo sale la apuesta. Estas elecciones han sido unas «primarias de la derecha», apunta la politóloga y analista Paola Cannata. «Ya demostró Podemos que es difícil superar a un partido arraigado», dice, aunque reconoce que la estrategia, pese a no lograr el sorpasso, ha salido bien.

Hace tres años, Cs era un partido que irrumpe como ejemplo de nueva política regeneradora, ocupando una posición de centro, liberal, a la derecha del PSOE pero capaz de alcanzar un acuerdo de 200 puntos con Sánchez: «Aquello corroboró que eran dos fuerzas que se podían entender. Hoy, Cs ya no es el mismo y se lo ha jugado todo a una carta, endureciendo su política territorial, a competir por la derecha».

Siempre quedará la duda de qué resultado habría obtenido Rivera de haberse mantenido en el centro, de levantar claramente el muro con Vox que pedía su hombre en Barcelona, Manuel Valls. Con todo, dentro del tridente de derechas, Cs sí se «ha beneficiado de una imagen más de centro derecha». «En ciertos temas han mantenido un tono sosegado. Uno de factores de la caída del PP ha sido la radicalización», apunta Blanca Nicasio.

¿Tiene margen Rivera para revertir el camino si no logra asaltar el trono del PP? «El viraje a la derecha y los puentes que han dañado estos meses lo hacen irreversible a corto plazo. Ellos han decidido que su estrategia es buscar la hegemonía del bloque de derechas. En València, con Toni Cantó, tenemos el mejor ejemplo. Ha ido de la mano con Rivera al poner el cordón sanitario al PSPV y buscar el pacto andaluz. El viraje a corto plazo resultaría imposible aunque no hay nada descartable», concluye Paola Cannata.

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