Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

A contracampaña: El 15M, para Ciudadanos

Parecía que el mundo se acababa a lo Toma de la Bastilla o asalto al Palacio de Invierno

La Puerta del Sol se llenó de indignados y las réplicas sacudieron todo el país. Ocurrió hace hoy cuatro años. Era el estallido del 15M. ¿Consecuencias? La primera, que siete días después de aquel terremoto popular, y cuando seguían vivas las pancartas de «No hay pan para tanto chorizo» o «Ciutadà, desperta: una altra València es possible», al seísmo le siguió un tsunami popular: el PP cosechó en las urnas soberanas su quinta victoria a la Generalitat con su mayoría absoluta más aplastante. El artífice del triunfo electoral fue un president imputado desde dos años antes en la causa de los trajes. Al cabo de dos meses de la victoria, dimitió. Por los trajes fue absuelto. Pero la guadaña judicial le sigue acechando: Gürtel, Valmor, Nóos.

El segundo desencadenante del terremoto 15M tardó seis meses en sentirse. El pueblo español „soberano otra vez„ entregaba al PP su mayoría absoluta más contundente (185 escaños, 10,8 millones de votos) en las elecciones generales anticipadas. Mariano Rajoy aplastaba a Rubalcaba y ocupaba una Moncloa hasta entonces socialista.

Primera lección del 15M: es peligroso confundir sueños con realidades; es temerario creer que la opinión pública coincide con la opinión publicada; una cosa es el ruido de la calle y, otra muy distinta, la furia en las urnas. Conclusión empírica: tras el 15M, giro a la derecha.

Dicen que Podemos es el hijo político organizado del 15M. Lo parecía en el pleistoceno de los círculos, antes de que el movimiento horizontal de Pablo Iglesias sufriera una erección súbita por la erótica del poder y la realpolitik.

Posible moraleja: a ver si, al final, el revolucionario 15M agitó el árbol y Ciudadanos se lleva las nueces.

Compartir el artículo

stats