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Críticos

Senado: la casa del voto nulo y en blanco

Más de 130.000 valencianos arrojaron el sobre salmón vacío en la urna a la Cámara Alta en las últimas Generales - El porcentaje de voto crítico quintuplica al del Congreso

Senado: la casa del voto nulo y en blanco

Dos fantasmas recorren el Senado. Uno „archiconocido„ es la eterna promesa de convertirlo en una auténtica cámara de representación territorial que haga útil el cementerio de elefantes políticos en que se ha convertido. Dos „mucho más ignorado e infinitamente más interesante„ es el fenómeno que se está produciendo en las urnas. Hay un aumento sensible del voto nulo y, sobre todo, en blanco para la elección al Senado. El nulo, sin duda, lleva la marca de la complejidad que sigue arrastrando el procedimiento de votación de la papeleta salmón: marcar las casillas de los tres senadores que uno apoya (también vale marcar uno o dos), que pueden ser de partidos distintos. El voto en blanco responde a una estrategia que en los últimos comicios se disparó: un golpe en la mesa de los electores que responden al llamamiento de iniciativas críticas como la campaña «Senado en blanco», que en 2011 fantaseó con que todos los sobres salmón se abrieran en el recuento electoral y estuvieran vacíos, con voto en blanco, para lanzar el mensaje de que «los españoles no queremos senadores».

Las cifras son considerables. En las últimas Generales hubo 130.302 electores valencianos que votaron en blanco al Senado. Un 5,2 % del censo. Casi tres veces más que en las anteriores elecciones. Contrasta también con el comportamiento en blanco del Congreso. En las mismas Generales de 2011, el voto en blanco de los valencianos al Congreso se quedó en 28.785 papeletas, el 1,1 % del censo. Es decir, casi cinco veces menos que los votos en blanco al Senado. No es un voto de enfado al sistema, sino muy específicamente dirigido a la Cámara Alta. En España, el total de votos en blanco al Senado en las pasadas Generales fue del 5,4 %, casi 1,3 millones de españoles.

En la Comunitat Valenciana, ese registro del 5,2 % de votos en blanco al Senado es un récord absoluto. Sólo en las elecciones de 2000 y 2004 había superado el 2 % este voto protesta o crítico.

Sin abstención extra

Un detalle interesante es que la crítica específica al Senado nunca se manifiesta en forma de abstención. Son pocas las personas que arrojan el sobre blanco (al Congreso) sin introducir también en la urna de al lado el sobre salmón (al Senado). Prácticamente en todas las elecciones el porcentaje de abstención ha sido casi el mismo. Excepto en los dos últimos comicios, con ligeras diferencias: en 2008, la participación al Senado fue dos puntos ¡mayor! que al Congreso; en 2011, medio punto mayor también.

En el voto nulo sucede una curiosidad. En 2008, los nulos al Senado fueron el 2,08 % en la Comunitat Valenciana, el triple que al Congreso (0,67 %). Alarmados por esa diferencia, derivada de las dificultades a la hora de votar correctamente con esa papeleta salmón de elección directa y de gran tamaño, el Senado creó una comisión, reclamó informes y consultó con expertos para diseñar una nueva papeleta más fácil de manejar. Se estrenó en 2011. El resultado fue peor que antes de renovar la papeleta: el 3,92 % de los valencianos; en España llegó al 3,7 % y más de 900.000 votos nulos. Casi el doble de nulos que en las elecciones anteriores y tres veces más que el voto nulo registrado en las elecciones al Congreso.

Conclusión: el 9,1 % de los electores valencianos al Senado votaron nulo o en blanco en las pasadas elecciones. Y nada apunta a que el ritmo del voto crítico a la Cámara Alta se reduzca tras una legislatura en la que, una vez más, no se ha avanzado para la reconversión del Senado.

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