Al PP le está preocupando mucho todo este asunto de los supuestos movimientos de la izquierda abertzale y se está planteando instar públicamente al PSOE a suscribir un pacto político que vaya más allá de la reforma electoral y que refuerce su compromiso contra la legalización de Batasuna.

Distintas fuentes de la cúpula del PP han reconocido su "preocupación" por las informaciones que inciden en posibles vías hacia el final de ETA y por recientes declaraciones de dirigentes del PSOE, quienes a lo largo de los últimos días han dejado ver que si Batasuna quiere ser legal, bastaría con que rechazara y condenara la violencia de forma clara y tajante.

El asunto ya se abordó en la reunión del Comité de Dirección del PP del lunes y todos los presentes abandonaron la sesión con una consigna clara: "el mensaje fundamental que hay que dar es que sólo vale la disolución, nada más", afirma una fuente de la dirección.

El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, aseguró ayer que, en lo que respecta a la lucha antiterrorista, "pasan cosas" que "preocupan mucho, y con razón", y si bien reconoció ignorar que haya una posible negociación del Gobierno con ETA, destacó que "lo parece", según dijo en el Congreso al término de la sesión del pleno de ayer.

Por su parte, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, afirmó, que "la única declaración que vale del grupo terrorista ETA, de Batasuna o de cualquiera de sus acólitos es la disolución y el abandono de las armas en términos de vencedores y vencidos".

Y el portavoz del PP en el Senado, Pío García-Escudero, mostró su preocupación por la posibilidad de que Batasuna intente "blanquearse" antes de las elecciones y dijo que, para ser legalizada, debe "condenar taxativamente la violencia y someterse a una cuarentena".