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El abogado valenciano que puso en apuros a Rajoy

Virgilio Latorre, letrado de origen utielano, ejerce desde 1979 y ha representado al PSPV-PSOE en todas las causas de corrupción

El ambiente de solemnidad se palpaba ayer en la sala de vistas de la Audiencia Nacional, ubicada en un polígono de San Fernando de Henares. Una solemnidad que acrecentó el silencio ensordecedor que inundó la sala cuando entró el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para declarar como testigo por la trama corrupta -ya condenada por un tribunal valenciano- que hizo metástasis en el partido que él preside desde 2004.

La citación del presidente del Gobierno como testigo -una situación inédita en la democracia española- la provocó el letrado de la Asociación de Abogados Demócratas por Europa (Adade), Mariano Benítez de Lugo. Por eso fue él quien inició el interrogatorio a Rajoy que llegó a ironizar con la «falta de imaginación» de los argumentos exhibidos por el letrado, lo que le valió una de las escasas reprimendas al testigo por parte del presidente del tribunal.

Aunque el gesto se le torció con las preguntas del segundo letrado que intervino en el histórico interrogatorio. A Virgilio Latorre, el abogado valenciano oriundo de Utiel que ejerce la acusación popular en nombre del PSPV-PSOE en el Caso Gürtel, le tocó la difícil papeleta de insistir en cuestiones «ya planteadas, aunque con matices distintos», según anunció en su habitual tono pausado pero letal, como pudo comprobar Rajoy. En el juicio también interviene otro reconocido penalista valenciano, Juan Carlos Navarro, que defiende al empresario Francisco Correa.

El presidente del Gobierno había despachado en los primeros minutos con el habitual «no me acuerdo» la pregunta del primer letrado sobre una carta que le escribió Álvaro Pérez «El Bigotes». Benítez de Lugo no recordaba la «ruta» informática para que la agente judicial exhibiera el documento en las pantallas de la sala y que el resto de partes pudieran encontrarlo en el sumario. El fallo lo corrigió en su turno Virgilio Latorre. Y asestó uno de sus primeras estocadas al presidente. «¿Si dice que no conocía a Álvaro Pérez «El Bigotes», por qué le tutea en la carta que le remitió para reclamarle una deuda del partido?». Rajoy echó balones fuera. «Mucha gente me tutea».

El letrado valenciano también puso en apuros al presidente del PP al interrogarle por las cuentas en Suiza del extesorero del PP, Luís Bárcenas. «No sé nada de ese asunto, francamente», respondió cuando el letrado valenciano se interesó por los 48,2 millones de euros ocultos por Bárcenas en el país helvético. Ante la desmemoria del máximo responsable del PP, Latorre volvió a recurrir al sumario para mostrar a Rajoy un documento interno del banco suizo de Bárcenas donde un gestor anotó que el extesorero quería apoderar a su testaferro Iván Yáñez para gestionar su dinero por las «disensiones» en el PP. Rajoy volvió a escurrirse: «Yo no sé de qué disensiones me habla, no sé nada de las cuentas, lo supe cuando fueron publicadas en los medios de comunicación».

Latorre también fue quien logró atornillar con mayor exactitud el grado de relación que tuvo Mariano Rajoy con los diferentes miembros (algunos ya condenados) de la trama Gürtel: Pablo Crespo, Francisco Correa, Álvaro Pérez o la exministra Ana Mato y su exmarido, Jesús Sepúlveda, beneficiados con regalos por la trama.

El presidente del tribunal, Ángel Hurtado, sí que cortó el incisivo interrogatorio de Latorre cuando mencionó en sus preguntas los traspasos de dinero desde Suiza de Bárcenas a otro extesorero del PP, el también valenciano Ángel Sanchis.

La minuciosidad exhibida por Latorre en las cuestiones planteadas a Rajoy corrieron como la pólvora a través de mensajes de móvil entre los letrados valencianos. «Ha hecho un buen interrogatorio», aseguraban varios abogados consultados por Levante-EMV.

«Sus preguntas han sido más certeras que las del abogado de Adade, porque las realizaba sobre documentos concretos y sobre hechos concretos, como suele ser habitual en él porque se estudia los casos, sabe interrogar y tiene picardía para preguntar», explicaba otro letrado consultado por este periódico.

Latorre es uno de los abogados de reconocido prestigio «made in Valencia» -como Javier Boix o Vicente Grima- y un habitual de muchos de los casos judiciales más relevantes y mediáticos, a su pesar, ya que es conocida su aversión a los periodistas.

Latorre ejerce como letrado desde 1979. En el año 1985 creó despacho propio, LaTorre Iuris, ubicado en la calle Na Jordana de Valencia. En estos casi cuarenta años de ejercicio ha bregado con la acusación particular del caso Alcàsser que ejerció la Asociación Clara Campoamor; defendió a los ginecólogos, Javier Vives y José Luis Carbonell acusados en 1998 de un «aborto ilegal» en 1992; representó al joven ex monaguillo que denunció los presuntos abusos sexuales de un carmelita en un convento de Burriana en 2011 y representa a los padres de una víctima en la causa del accidente del metro (donde logró expulsar a la Generalitat y las primeras imputaciones).

Cuando estallaron todos los escándalos que salpicaron los últimos gobiernos populares en la Generalitat, el PSPV-PSOE le encargó representarles en todas las causas de corrupción en las que decidieron ejercer de acusación: los casos Fabra, IVEX, Terra Mítica, Brugal y Gürtel. Los impagos por parte de Ferraz (llegaron a adeudarle 516.000 euros) le llevaron a renunciar a todas las causas, como contó Levante-EMV. Aunque decidió seguir con el caso Gürtel en Madrid en el que ayer puso en apuros a Rajoy.

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