El informe de los psicólogos forenses del Instituto de Medicina Legal de Guadalajara señala que el asesino confeso de cuatro familiares en Pioz, Patrick Nogueira, tiene rasgos definidos de una personalidad psicopática y posee plena capacidad y conciencia de sus actos desde el punto de vista intelectual y de voluntad.

El informe ha sido presentado este lunes en la cuarta sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Guadalajara contra Nogueira, asesino confeso de sus tíos, de 39 años -a los que posteriormente descuartizó-, y de sus primos de 1 y 4 años, en agosto de 2016, en un chalé de Pioz, aunque los cuerpos no fueron hallados hasta un mes después del crimen.

Las dos expertas encargadas de exponer el informe han concluido que la personalidad de Nogueira "tiene rasgos psicopáticos", si bien han advertido de que el hecho de que una persona pueda tener una psicopatía no predetermina que tenga una conducta delictiva.

Sí han señalado que "ante determinadas conductas" puede ser que la reacción de la persona con rasgos de psicopatía sea "más impersonal, más violenta, más desproporcionada".

También han resaltado que Nogueira, a la hora de cometer los crímenes, tuvo "plena capacidad y plena conciencia" desde el punto de vista intelectual y de su voluntad.

"Lo manifestaba así, él quería hacer eso, lo hizo plenamente consciente de lo que quería y porque quería", han declarado las psicólogas, que también han explicado que, a lo largo de las dos entrevistas que mantuvieron con el acusado, no mostró arrepentimiento, y sí preocupado de cómo sería de su vida una vez que saliera de prisión.

En este sentido, las psicólogas han concluido que Nogueira no tiene limitada su capacidad de conocer, ni de comprender, ni de actuar conforme esa comprensión.

También han apuntado que Nogueira afirmaba que no recordaba los momentos en que cometió los asesinatos, sobre todo lo relacionado con los niños, aunque han asegurado que esa amnesia "no tiene una explicación desde el punto de vista psicológico", ni es una alteración de la memoria ni a corto ni a largo plazo, sino que "solo parecía que respondía a un deseo de no aportar cierta información".

En cualquier caso, las psicólogas han señalado que aunque Nogueira hubiera presentado una falta de recuerdo de determinados aspectos, podría haber tenido una reacción emocional al conocer los hechos ocurridos, pero han señalado que "había una total ausencia de emocionalidad".

"Podía relatar que había matado a su familia sin el correlato emocional que correspondería a esa manifestación verbal", han señalado las psicólogas que han indicado que uno de los rasgos de las personalidades psicopáticas es la frialdad emocional.

De hecho, han apuntado que Nogueira "hacía referencia a no sentir", a falta de sensibilidad y, además, "no se valoró ningún atisbo de arrepentimiento".

Las psicólogas también han abordado la cuestión de si Nogueira asesinó a su familia por un acto impulsivo y han rechazado que este acto en cuestión fuera impulsivo o que perdió el control de sus actos, sino "todo lo contrario" porque "él reconoce que era una cuestión que venía pensando desde tiempo atrás, que pensó en la manera de llevarlo a cabo".

Han añadido que si se hubiera tratado de un impulso, se podría haber arrepentido en el tiempo que transcurrió desde que asesinó a su tía y a los niños hasta que mató a su tío y haberse marchado, pero no lo hizo.

Asimismo, y ante la posibilidad de que Nogueira sufra un daño neurológico -tal y como argumenta la defensa- las psicólogas han indicado que "no hay datos concluyentes" de que una determinada disfunción neurológica pueda llevar a una determinada conducta. "Estaríamos ante un determinismo", han apuntado.

Por su parte, la abogada de la defensa se ha interesado durante una hora aproximadamente por el contenido del informe y por la metodología aplicada, al tiempo que ha planteado la posibilidad de que una persona con una determinada enfermedad, como por ejemplo la epilepsia, puede perder el control de sus actos, que sería morderse la lengua.

Sin embargo, las expertas han señalado que el morderse la lengua en los epilépticos se trata de una conducta motórica y que, si el caso de Nogueira fuera un trastorno de control de impulsos, se estaría hablando de inmediatez, algo que no ocurrió en los asesinatos de su familia.