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Los escándalos de los invitados a la Convención, una losa para Casado

Entre los ‘apoyos ejemplares’ del PP, las acusaciones por malversación y soborno contra el excanciller de Austria, Kurz, se suman a la sentencia por corrupción de Sarkozy o el paraíso fiscal de Vargas Llosa

Casado, sonriente junto a Nicolas Sarkozy, antes de conversar en la convención del PP en Madrid.

Solo ha pasado una semana desde que la Convención Nacional del PP cerrara en València su itinerante viaje por los bastiones del poder popular. Sin embargo, no ha hecho falta más tiempo para comprobar cómo uno de los pilares en los que quería sustentarse el encuentro

—el de aprovechar, como aval para impulsar a Pablo Casado a La Moncloa, la presencia y especialmente los elogios de los líderes extranjeros invitados— se desmoronaba entre condenas de corrupción, investigaciones por malversación, dimisiones o vínculos directos a paraísos fiscales.

Porque más allá de un cartel que ya nació mermado en los mimbres del conservadurismo —los populares tuvieron que recurrir a líderes fuera del foco mediático o a un segundo escalón europeo ante la ausencia de grandes figuras— un huracán de acusaciones y sentencias ha impactado de lleno contra algunos de los ‘paladines’ a los que Casado fió su imagen. El último, quizás el más sorpresivo, fue esta misma semana el del canciller austriaco, Sebastian Kurz, que ayer mismo dimitió (más información en la página 43) dejando ese apoyo en el terreno de la controversia y la falta de visión.

De fiscalías a tribunales

El dirigente centroeuropeo no asistió físicamente a la convención —lo hizo por vídeo en el día de la clausura— pero Casado si que le dio las gracias por «reconocerme como una voz fuerte en Europa». Tan solo tres días después del elogio, la fiscalía austriaca ya realizaba redadas en el ministerio de Finanzas, la cancillería y la sede de la formación de Kurz —el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ)—, mientras al canciller desde Anticorrupción lo vinculaban con delitos de sobornos o malversación.

No ha sido, sin embargo, el primer caso de corrupción que ha salpicado en fechas recientes a uno de los invitados populares. Días antes del ‘caso Kurz’, en las entrañas de Génova había resonado una sentencia de la vecina Francia. Una de las estrellas extranjeras de la convención, el expresidente del país galo Nicolas Sarkozy, había sido condenado por segunda vez en siete meses. El motivo, en esta ocasión, era la financiación ilegal de su campaña para las elecciones al Elíseo de 2012.

El líder del PP rechazó volver a hablar de corrupción, un mantra que rompió su ‘número dos’ contra Aguirre

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El momento no podía ser peor para los populares. Menos de 24 horas habían transcurrido desde que Sarkozy y Casado compartían escenario en Madrid y el exmandatario confesaba ante los asistentes que la primera vez que había visto al líder del PP le dijo «que algún día sería presidente». El guiño encontró respuesta en forma de alabanza «a la buena gestión» del galo como presidente. Horas después, desde el PP nadie variaba el discurso. El de Sarkozy, pese a la sentencia, había sido para Génova un acierto para la convención.

Sin embargo, los tribunales no han sido el único nicho de interés reciente para el partido. Mientras los populares clausuraban a bombo y platillo su convención, una macroinvestigación periodística mundial (los ‘papeles de Pandora’) destapaba los primeros nombres asociados a riquezas ocultas y evasión de impuestos en paraísos fiscales. En la lista de señalados, dos nuevos apoyos del PP. El expresidente de Colombia, Andrés Pastrana, y el Nobel de Literatura peruano, Mario Vargas Llosa, este último además en el foco de la controversia por asegurar que «lo importante de unas elecciones no es que haya libertad, sino votar bien».

La vetada corrupción

Desde el PP, tras conocerse la noticia de su vinculación con una sociedad en las Islas Vírgenes Británicas, había silencio de radio. Una suerte de ‘no hablaremos’ que volvía a recordar a aquel mensaje que meses atrás había lanzado el propio Casado asegurando que no volvería a comentar la corrupción de épocas pasadas. Curiosamente, sería su ‘número dos’, Teodoro García Egea, quien en la pugna por liderar el PP madrileño contra Isabel Díaz Ayuso —una de las grandes ausentes hasta la cita final en València tras los duros enfrentamientos con Génova— abriría de nuevo la veda. La diana de su ataque fue la expresidenta regional Esperanza Aguirre, a la que espetaba que «lo que destrozó al PP de Madrid fue la corrupción».

Pero pese a todo Aguirre no faltó a la convención itinerante. Tampoco los expresidentes del Gobierno Mariano Rajoy y José María Aznar, de los cuales Casado aceptó consejos y alabó sus legados pese a que han sido casos de corrupción vinculados a sus etapas dirigiendo el PP los que han obligado a la formación a separarse de la emblemática sede de Génova 13.

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