Su regreso ha sido posible gracias a las gestiones diplomáticas que personalmente realizó el pasado miércoles el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que se trasladó a Rabat para reunirse con su homólogo marroquí, Taib Fassi Fihri.

Moratinos entregó a Fassi Fihri una carta que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, envió al Rey Mohamed VI de Marruecos, en la que expresaba su deseo de que se mantengan e incluso se mejoren las buenas relaciones existentes entre los dos países.

En la misiva, Rodríguez Zapatero hacía balance de las relaciones bilaterales en materias como la inmigración, la pesca, la política antiterrorista, la economía o las inversiones.

Además, expresaba su interés de que "pronto" pueda convocarse la reunión de alto nivel bilateral que mantienen anualmente los dos países en virtud del tratado de amistad que tienen suscrito.

De este modo se cierra un episodio que se abrió hace dos meses a cuenta del histórico viaje de don Juan Carlos y doña Sofía a Ceuta y Melilla, el primero que los Reyes realizaban a esas dos ciudades autónomas.

La visita a Ceuta y Melilla, ciudades a las que don Juan Carlos y doña Sofía ya viajaron hace 37 años como Príncipes, causó un profundo malestar en el Gobierno y en la sociedad marroquí.

Por ese motivo, el Ejecutivo de Marruecos, con el plácet del Rey Mohamed VI, anunció la retirada de su embajador en España durante un "período indeterminado" a través de una nota oficial divulgada el pasado 2 de noviembre.

De "reprochable" fue calificada entonces, a juicio del Gobierno marroquí, la "lamentable" visita de los Reyes a Ceuta y Melilla.

Unos días después, Rabat admitió que la relación entre ambos países había "pasado una crisis" y que esperaba la respuesta de España para su recuperación completa.

Durante unos días, Marruecos puso como condición para el restablecimiento total de la amistad la apertura de un diálogo sobre el futuro de Ceuta y Melilla, a lo que la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, llegó a contestar: "No hay nada que negociar".

Precisamente el Gobierno español ha venido insistiendo, desde el primer momento, en que la relación con el país magrebí seguirá siendo "excelente" debido a los numerosos intereses políticos, económicos y sociales que ambos tienen en común.

Así las cosas, en las últimas semanas se había rebajado considerablemente el grado de tensión entre los dos países vecinos