La fiesta de la patrona de Alaquàs se salvó el sábado de la anunciada lluvia. La Virgen 'moreneta' pudo tener su jornada grande, que conjuga devoción, tradición y cultura con elementos como el Cant de la Carxofa y la Dansa del Xum Xum. La imagen de la patrona lució en la procesión de la noche el manto que en el año 1918 le regaló Julio Giménez, que entonces era el propietario del Castell, tras haberlo adquirido a la casa de Manfredi (heredera de los Pardo de la Cast)", en Cremona, a cuyos representantes administraba los bienes.

Dado que este año no hay clavarios, ha asumido los actos religiosos la Confraria de la Mare de Déu de l'Olivar, que elige un grupo de mayorales (hombres y mujeres que la conforman) para que ostenten la representación. La jornada se inició con la Misa Mayor en la que se repartieron las ya clásicas botellitas de aceite de oliva bendecido.

Ya por la tarde, la proceción arrancó con la Colla de Tabal i Dolçaina l'Olivar y a continuación desfilaron los niños y niñas aspirantes a cantar la Carxofa 2018 así como miembros del nuevo coro. Decenas de fieles precedieron el paso del anda de la patrona, que lucía el manto, y cerraban la comitiva los mayorales, con la banda de la Unió Musical d'Alaquàs, que en la primera parte del recorrido interpretaba el himno de la Mare de Déu de l'Olivar.

Tras realizar el recorrido interparroquial, la comitiva llegó al templo de l'Olivar donde se bailó el Xum Xum una danza histórica que el Grup l'Olivar recuperó hace casi dos décadas en para la que las mujeres lucen ternos negros sobre la cabeza. El Cant de la Carxofa interpretado por Paula Arribas Peláez, que había sido elegida en la Prova de Veu por el público, arrancó una ovación y cerro los festejos.