Existen innumerables motivos por los que el comercio ambulante es muy positivo para nuestros pueblos y ciudades. Se trata de un potente dinamizador económico que llega al día a día de las zonas rurales, llevando productos de calidad y generando empleo y dinamismo, ya no sólo desde el punto de vista económico sino cultural.

Hoy en día los mercados, aunque no sean permanentes, integran culturas y son un espacio de convivencia. Y sobre todo en un país como España: el modo de vida de los países en torno al Mediterráneo está caracterizado por el uso del espacio público como lugar de relación común. En definitiva, la actividad de los mercadillos es conocida por todos los vecinos y contribuye a consolidar algunas tradiciones locales.

Se trata de un formato comercial en donde la oferta se articula sobre el atractivo de los precios, con un fuerte componente lúdico y un elevado número de productos. Además, el comercio ambulante es una actividad integradora, generadora de oportunidades para minorías desfavorecidas y de cohesión social, acogiendo a personas diversas, independientemente de su origen, religión o estatus social, y sabiendo integrar etnias y culturas.

Modernización, introducción de innovación y estándares de calidad

Es por ello que le debemos mucho al comercio ambulante, siendo esencial su modernización y su mejora continua y profesionalización. Se trata de una actividad singular, que ha sabido pervivir y transformarse, pero que actualmente se encuentra en una encrucijada ante la imparable digitalización de la sociedad, la venta on-line y la implementación de la tecnología en las empresas, que hace necesaria una auténtica revolución de la venta ambulante, para que nuestros mercadillos se sitúen al máximo nivel, y dando un servicio de calidad, puedan adaptarse a los tiempos actuales.

Además, creo firmemente que la aplicación de soluciones tecnológicas e innovación en la venta ambulante y el comercio es una forma de llevar la modernización a entornos rurales y municipios de tamaño medio. No quiero dejar de mencionar que uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos, sobre todo en las zonas rurales, es la despoblación. El medio rural en España abarca el 90% del territorio, o dicho de otra manera, el 82,8% de los municipios son rurales. Y que la mitad de todos los municipios españoles se encuentran en riesgo de extinción. Es por ello que actualmente el reto demográfico ha pasado a ocupar un lugar central en la Agenda de la FEMP. Y el comercio es una correa de transmisión esencial para llevar desarrollo económico y mantener vivos nuestros pueblos.

Formación

Para ello, considero esencial la formación de calidad, tanto de los propios comerciantes como en la parte que me toca más de cerca, la de los técnicos municipales que llevan este tema. En la FEMP ocupa un lugar central la Formación Continua: Se trata de un programa anual formativo destinado a adelantarse a las necesidades futuras de las Entidades Locales y centrado en la capacitación y cualificación de perfiles directivos y especializados, como motores del cambio en nuestras organizaciones.

Son numerosas las cuestiones que confluyen en el Comercio Ambulante, desde la expedición de autorizaciones, pasando por la seguridad de las instalaciones, o la seguridad alimentaria. Hay que fomentar que el consumidor tenga la tranquilidad de que los productos que le son ofrecidos en un espacio público son seguros, y que le asisten los mismos derechos que cuando consume en un establecimiento.

El comercio ambulante es un tema ampliamente tratado en la Comisión de Consumo y Comercio de la FEMP, lo que demuestra el amplio interés que despierta en nuestros alcaldes. Es por ello que tradicionalmente hemos participado en su fomento a través de jornadas, información de cambios normativos, resolución de consultas, acciones formativas etc. Y en la actualidad su modernización es urgente y muy necesaria.

Directiva de servicios, autorizaciones, ordenanzas

Considero que hemos avanzado mucho en todo los que tiene que ver con la adaptación de las ordenanzas municipales a la famosa Directiva de Servicios, de manera que los Ayuntamientos conceden las autorizaciones necesarias para que se pueda producir esta actividad en condiciones generales de igualdad, certeza y transparencia. No hay que olvidar que esta actividad conlleva el uso del suelo público, que es de todos. En este sentido, desde la FEMP siempre hemos fomentado el diálogo y la cooperación entre todos los agentes involucrados, para fomentar que se cumpla la normativa, ya sea Comunitaria, Estatal y/o autonómica, y adecuarla a las necesidades, y que las ordenanzas se adecúen a las necesidades de todos los interesados.

Por supuesto, todavía queda recorrido en materia de homogeneización y simplificación normativa, y haremos un esfuerzo para que los requisitos exigidos sean de fácil comprensión y se agilicen todos los trámites necesarios, para lo cual, la interlocución con otros niveles de la administración, que tienen capacidad normativa, es fundamental. No hay que olvidar que en la Ordenanza final convergen una serie de normativas, muchas de ellas de carácter sectorial que incumben a diferentes áreas (seguridad, condiciones higiénico-sanitarias, horarios, derechos de los consumidores, etc.), y que muchas de ellas son de competencia autonómica.

Trabajadores, derechos laborales

Además, desde aquí quiero pedir a todas las administraciones un esfuerzo para que todos los trabajadores que se dedican a este sector se integren definitivamente en el sistema de la seguridad social, como a cualquier otra profesión. Esto es fundamental para dignificar la profesión, dar seguridad a los trabajadores y que contribuyan al interés general.

Cierre

Para terminar, quiero decir que esta Jornada es una gran oportunidad para que juntos podamos modernizar y mejorar esta actividad, pero sobre todo, poner en valor el Comercio ambulante y devolverlo al lugar que merece.