Levante-EMV publicó el pasado año una información que puso sobre alerta a las fuerzas de seguridad. Se trataba de la supuesta expoliación de unas piezas de azulejos del Castell d'Alaquàs. Mañana 17 de enero tendrá lugar en este mismo lugar la recepción de estos azulejos recuperados por la policía autonómica.

A la cita está previsto que acuda el Director General de la Agencia de Seguridad de la Generalitat Valenciana, José María Ángel. Las piezas serán clasificadas pero será allí donde se precise qué va a suceder con ellas a partir de ahora, en un acto en el que también estará presente la alcaldesa de Alaquàs, Elvira García. Será en ese momento cuando se indique si volverán a su lugar de origen en el Castell o, por ejemplo, habrá un lugar específico para todas ellas. Durante el acto se realizará una visita guiada por las diferentes estancias del Castell que finalizará, en este caso, con la firma oficial del acta de recepción de los azulejos.

A principios de mayo de 2018, este periódico anunció que se podían estar vendiendo a través de Internet estos azulejos. La policía autonómica, según probaron sus motivos y medidas, reconoció que estaba siendo así. Una investigación les permitió identificar a algunas personas que supuestamente trataban de comercializar con las piezas, de estilo gótico del siglo XV, y cuyo origen legal no pudieron acreditar, según publicó también Levante-EMV.

La mayoría de ellos, anticuarios, argumentaron que se habían encontrado los azulejos en contenedores o que los habían adquirido en el antiguo rastro de València hace varias décadas. La alcaldesa del municipio, Elvira García, calculó que las piezas del pavimento del claustro superior podrían haber sido expoliadas entre 1918, fecha en la que el castillo fue declarado Monumento Nacional Artístico-Arquitectónico, y el año 2003, cuando se expropió y ya declarado Bien de Interés Cultural (desde 1999) el ayuntamiento se hizo cargo de su protección y conservación.

Las fuentes consultadas por este periódico explicaron que la ilegalidad de la venta de los azulejos del Castell radicaba en que se considera que forman parte del monumento, aunque fueran arrancados en un momento determinado de sus estancias, y no son un bien mueble relacionado con el palacio. Por lo tanto, los pavimentos están afectados por las declaraciones de monumento nacional y Bien de Interés Cultural igual que el propio edificio, y no pueden comercializarse, especialmente cuando desde 2003 el inmueble es de titularidad municipal.